El director vasco afincado hace muchos años en Zaragoza y ganador de un Goya por su cortometraje Abstenerse agencias comienza mañana en la comarca de Tarazona y el Moncayo el rodaje de su primer largometraje, Bendita calamidad, una adaptación de la novela de Miguel Mena que estará protagonizada por Jorge Asín, Carmen Barrantes, Álex Angulo, Carlos Sobera y Nacho Rubio.

--A solo unas horas de que arranque el rodaje de su primer largometraje, ¿cómo lo afronta?

--Son tantos años dándole vueltas al guion, a la historia que, por un lado, con ilusión y esperanza pero también con miedo, con las dudas de cómo será, de si gustará, de si sabremos hacerlo... Tengo ilusión pero también dudas que te frenan, pero eso siempre está.

--¿Uno tiene en mente cómo va a ser la película o es flexible a lo que vaya sucediendo?

--Tienes que previsualizar toda la película para poder hacerla, tomar decisiones de cómo van a ir vestidos los personajes, de cómo quieres que actúen, qué tono va a tener, pero luego hay que ser flexible a lo que vas obteniendo en el camino, los actores, los propios accidentes o cambios que pueda haber en el rodaje... y si no te alejan de tu idea y si te alejan pero te aportan cosas que no habías previsto, hay que ser flexible para ello. Sí es cierto que en este caso soy guionista, director y productor por lo que tengo que tener en la cabeza toda la película en todos los aspectos, tanto creativamente como formalmente como presupuestariamente.

--Bendita calamidad es una comedia pero ¿qué toque quiere darle Gaizka Urresti?

--Quiero sobre todo que la gente se ría mucho y pase un buen rato porque de eso se trata cuando es una comedia. No hay que ser pedante, lo más sano siempre es emocionar a la gente. Si es un drama, hacerle llorar; si es una de terror, hacerles que tenga miedo y, en este caso, que la gente se ría y se lo pase bien. Más allá de eso, la comedia siempre esconde una reflexión sobre la vida y el dolor. En el fondo, esta, es una historia en la que todos son perdedores, unos con más dinero y otros totalmente pobres, pero todos los personajes tienen una imagen de sí mejor de lo que realmente son. En el fondo es un fresco de nuestra sociedad, de gente que puedas encontrar por la calle y del tiempo que nos ha tocado vivir.

--Es una adaptación de una novela de Miguel Mena, ¿cómo está viviendo él todo este proceso?

--Con mucha ilusión. Fue una novela que escribió ya hace veinte años y por la que todavía le siguen recordando a pesar de que siga escribiendo y publicando. Y en ese sentido, que ahora vaya a tener una vida más allá del papel, como película, le emociona. De hecho, va a hacer un pequeño papel, un cameo.

--¿Por qué se ha decantado por este reparto?

--Quería que hubiera una compensación entre actores aragoneses conocidos y muy queridos aquí con actores nacionales también muy queridos y que todos tuvieran en su ADN, en su cara, lo que es una comedia. Es un compendio entre los aragoneses Jorge Asín, Nacho Rubio o Carmen Barrantes con figuras nacionales como Álex Angulo, Carlos Sobera o Enrique Villén y luego contamos con otros actores como Juan Muñoz, de Cruz y Raya, haciendo el papel de Isidro, Gorka Aguinagalde haciendo de uno de los mafiosos de la película y todos los actores de Oregón TV. Me parecía muy importante que estuvieran en esta película que tiene ese aspecto de un reparto coral, de más de veinte personajes, de las comedias españolas de los años 50 y 60.

--¿Qué expectativas tiene?

--Hay que ser muy cauto. Muchos son los llamados y poco los elegidos. Todo el mundo se queda con las excepciones, hay que bien va el cine español con Ocho apellidos vascos... Ojalá, pero hay que tener en cuenta que es una película de las ciento cincuenta que se hacen al año en España. Yo me arriesgo, pongo todo mi empeño y mi trabajo y dinero en hacerlo pero tiene que ser una cantidad acorde a lo que pueda dar el cine. Tengo confianza en el proyecto en varios aspectos. Primero, que es una comedia, que el cine español en los últimos las ha olvidado y creo que es el género más autóctono y que realmente funciona. Si te fijas en las comedias estrenadas en el 2012 y 2013 la media de espectadores suele ser bastante buena... Luego, es una película muy implicada con Aragón, transcurre aquí, hay actores muy queridos de la comunidad y está muy presente en la forma de hablar, en la dirección, en el atrezzo... Es una película 100% aragonesa. Y por último, otro factor es que es una novela con catorce ediciones. ¿Por qué no va a funcionar en película? Dicho todo esto, hay que ser cauto porque la gente no tiene dinero, por lo tanto, no va al cine y está todo muy difícil.

--Tampoco ha sido fácil conseguir financiación...

--Estamos haciendo algo heroico rodando esta película con poco dinero pero, a día de hoy, no tenemos dinero para la promoción y si no lo conseguimos nos quedamos en que igual es una gran película pero necesitamos la promoción. En ese sentido, cuando acabemos de rodar seguiremos en la labor de buscar inversionistas, apoyos que en Aragón, contando con ellos, son muy pocos para hacer cine.

--¿Confía en el tirón del Goya?

--El Goya ayuda a que la gente nos deje muchas cosas, sobre todo tiendas de ropa y complementos... y en Aragón, las instituciones lo ven como apuesta más segura, pero tampoco te garantiza nada. Nadie me ha llamado después del Goya para decirme qué quería hacer. Lo que quiero decir es que lo del Goya es muy gratificante, desde luego, a nivel personal, te da una visibilidad que está ahí pero, al final, te sigue costando muchísimo levantar cada proyecto.