Si alguien conoció bien el ambiente artístico de Zaragoza esa persona era Federico Torralba Soriano (Zaragoza, 1913-2012), profesor de la Escuela de Artes y Oficios y de la Universidad de Zaragoza, responsable del programa de exposiciones de la Institución Fernando el Católico de la Diputación de Zaragoza y, lo más importante, testigo de lo que sucedía en los estudios de los artistas de la ciudad, cuyo trabajo contribuyó a difundir, coleccionista y, a partir de 1963, galerista. Explicar los motivos que animan a abrir las puertas de una galería de arte es ciertamente complicado. Pero es indiscutible que quien realmente siente pasión por el arte sabe que ha de involucrarse en la defensa, proyección y promoción del arte de su tiempo. Y eso le ocurrió a Federico Torralba que, además, quiso sentirse libre de toda presión institucional, aun cuando los contactos establecidos gracias a su cargo en la Diputación de Zaragoza facilitaran la andadura de la nueva empresa. Si Libros fue la galería de posguerra, primero con Tomás Seral y Casas y más tarde con Víctor Bailo, la galería Atenas centró el arte de los años setenta en Zaragoza.

Antes de la galería Atenas fue Kalós, inaugurada en noviembre de 1963. Pero la pequeña sala que ocupaba el sótano del local situado en la entrada del Pasaje Palafox, bajo la escalera de acceso al cine, donde Torralba organizaba las exposiciones de Kalós, tienda de muebles y decoración, no colmó sus expectativas por lo que en el verano de 1971 decidió, con Antonio Fortún, abrir una galería de arte independiente de la tienda. Los continuos robos de objetos de decoración forzaron el cierre de la salita de exposiciones que, pese a sus limitadas dimensiones que obligaban a seleccionar obras de reducido formato, presentó exposiciones de enorme interés en una ciudad ensimismada. El 20 de noviembre de 1963 Kalós se inauguró con una muestra gráfica de Picasso, Clavé, Tàpies y Vila-Casas. Todo un acontecimiento las obras de Picasso que, por primera vez, se presentaban en Zaragoza. «Kalós -de la mano de Federico Torralba- tenía la obligación de presentarse con algo absolutamente inédito en Zaragoza» se leía en la hoja impresa, que concluía: «Con la ayuda de todos, la obra que comienza podrá continuar». Torralba sabía bien lo que decía.

Hasta la clausura de Kalós en 1971, Federico Torralba organizó un programa de exposiciones entre las que cabe mencionar los dibujos de la Tauromaquia de Picasso, que volvió a facilitarle la galería Gaspar de Barcelona con la que mantuvo una relación de estrecha colaboración desde la muestra inaugural; litografías de Miró o grabados de Dalí; e individuales de Giralt, Orús, Serrano, Pascual Blanco, Lasala, Tena, Torner o Yturralde. El 21 de diciembre de 1971 una exposición colectiva de navidad inauguró la galería Atenas, un amplio local en la calle La Paz, nº 7 -propiedad actualmente del Gobierno de Aragón mediante la Fundación Torralba-Fortún- que permitía organizar un programa expositivo de mayor proyección. De los socios fundadores, solo continuaron Federico Torralba (asesor), Antonio Fortún (director) y Daniel Usán (gerente). En cuanto a los propósitos de la iniciativa quedaron establecidos desde un principio: educar la mirada, presentar y difundir las tendencias y lenguajes del arte actual, promocionar la obra de artistas aragoneses, propiciar intercambios con otras galerías del país, e incentivar el coleccionismo.

Atenas se convirtió en la galería de referencia para conocer en Zaragoza las últimas tendencias del arte en España: el retorno a las imágenes de la Nueva Figuración, el realismo crítico-social, el Pop, las Nuevas abstracciones, la Pintura-Pintura, el arte de acción y happenings... y el neoconstructivismo, que tanto interesaba a Torralba como escribió en el díptico de la colectiva Constructivismo (27 marzo-9 abril, 1973): «Cumple esta importante exposición una muy ambiciosa ilusión mía: ofrecer a Zaragoza la reunión de un conjunto de obras -no por modestas algunas menos trascendentes-, abarcando ampliamente las variadas técnicas, modos y sistemas de las orientaciones constructivistas. Algunos de los más gloriosos nombres del arte del siglo XX, están aquí representados. Y también algunas de las soluciones plásticas más vigentes en el momento actual». La exposición incluyó originales y múltiples de escultura, y obra gráfica de Mondrian, Albers, Torres-García, Vasarely, Le Parc, Sempere, Sobrino, Soto, Pericot, Yturralde y artistas rusos.

En junio de 1972, Atenas presentó al Equipo Crónica. El realismo crítico-social siguió al año siguiente en las exposiciones de Isabel Oliver y Rosa Torres; de Boix, Heras y Armengol; y del Equipo Realidad. Y en 1976, con las de Domínguez, Villarrocha y Caneiro del grupo Algarada, de Zaragoza. El amplio repertorio de imágenes populares permitía denunciar la sociedad consumista de los Planes de Desarrollo y la política represiva del franquismo. Y la neofiguración reflejó el entorno hostil del individuo sin renunciar a los logros del informalismo que, junto a la abstracción matérica, también ocupó atención en Atenas junto a las nuevas abstracciones: líricas, espaciales, matéricas, o la última tendencia de «pintura-pintura». Poco conceptual hubo, debido a la querencia de las galerías con las que Atenas colaboró -Gaspar y Metrás, en Barcelona; Mordó, Seiquer o Durán, en Madrid; Punto y Val i 30, en Valencia...- por otros lenguajes protagonistas de aquella década.

Hoy, cuando el viaje es obligado para conocer lo que sucede fuera, debió de ser un auténtico gozo asistir a las exposiciones de Atenas cuya programación concilió a artistas de fuera con los de aquí; jóvenes y consagrados, y de todas las tendencias. Una relación extraordinariamente fértil que fue enriquecedora para artistas y público de la ciudad. En Atenas, los hermanos Ángel y Vicente P. Rodrigo organizaron su primera instalación de pinturas, recortables, volatines y dibujos, junto a una selección de carteles, a la que siguió, en diciembre de 1972, la presentación de Azuda-40, grupo oficial de la galería, cuyos integrantes expusieron también individualmente. Importantes fueron las exposiciones de los grupos Forma+Jimeno, LT, Algarada, o la que reunió a Broto, Rubio y Tena; junto a las individuales de Salvador Victoria, Pedro Avellaned, Fernando Sinaga o Andrés Ferrer, que compartieron programación con Tàpies, Thàrrats, Clavé, Guinovart, el grupo Gaur de artistas vascos, Bruno Rinaldi, Alfaro, Ibarrola, Mestre, además de los ya citados, y un largo etcétera en el que la presencia de mujeres artistas, ajenas a los grupos mencionados, se redujo a Gloria Alcahud, Jordana Jimeno, Mari Pepa Estrada, Isabel Oliver y Rosa Torres, Mary Maroto, Pilar Perdices, o Teresa Jassà, Pilar Perdices; la mayoría ya olvidadas.