El color y la luz en contraposición a las adversidades es uno de los principales contrastes que ofrece la India y los que se encontró la fotógrafa Cristina García Rodero cuando viajó a la región de Anantapur, a petición de las fundaciones Vicente Ferrer y la Caixa, y de los que hasta el 23 de enero de 2019 se pueden sentir partícipes los visitantes al Caixaforum de Zaragoza.

"Tierra de sueños" es una selección de 68 fotografías de las casi 70.000 que tomó García Rodero durante los 45 días que pasó en la India y con las que se quiere ofrecer una visión lo más amplia posible de la realidad de Anantapur y sobre todo de sus mujeres, pero, al tiempo, con la mayor carga artística posible, como ha explicado la artista durante la presentación de la exposición.

El objetivo con el que ambas fundaciones concibieron la muestra, con la que el Caixaforum inaugura esta tarde la temporada de exposiciones, es sensibilizar al público sobre la vida de los habitantes de esa región de la India y difundir las acciones de cooperación internacional que allí desarrollan, mostrar la influencia de las imágenes en la sensibilidad contemporánea y destacar el papel de los grandes creadores visuales del siglo XX.

Y fue precisamente "la angustia" por hacer un buen trabajo lo que llevó a García Rodero, generalmente muy selectiva en el disparo, a utilizar incluso motor para realizar muchas tomas, tantas que la edición y retoque posterior le llevaron, ha asegurado, más de año y medio.

Pero es que también se vio sorprendida por la "luz espantosa" (por la intensidad) de Anantapur en contraste con la oscuridad de las viviendas, de unos niños "con una alegría desbordante que no sabías cómo componer" y al tiempo de gentes que esperaban estáticas su llegada.

"Fue más que un trabajo, abrir los ojos a la India, compartir con niños que han tenido la desgracia de nacer sordos o ciegos, de sufrir la polio", rememora García Rodero, quien subraya que para poder romper ese estatismo se dedicó previamente a conocer sus vidas y su sufrimiento, pero también las soluciones que tienen para los problemas.

Por ello, entre los objetivos que se marcó con el trabajo figuran dar a conocer cómo son las familias, su paisaje, sus fiestas, cómo viven, cómo es su economía, los problemas que causan enfermedades erradicadas en países en desarrollo como la polio, los suicidios o los abortos selectivos por razón de género.

Lo plasma a través de imágenes como los retratos de Tejasre y Prameela, de 12 y 10 años, en una actuación en la jornada del Día de la Mujer el 8 de marzo para concienciar sobre los abortos selectivos; la de una cuidadora que practica ejercicios en un columpio fabricado con pantalones en el Centro de Parálisis Cerebral de Bathalapalli o en el primer plano de dos niñas ciegas mientras uno de los habituales monos que bajan a robar la merienda de los niños mira fijamente a la cámara.

Fotografías de hospitales en las que se refleja la espera o la angustia pero también la ternura de madres que cuidan a hijos enfermos, los momentos de aseo o escuela, el comercio en las calles gracias al cual muchas mujeres con problemas físicos pueden en la actualidad sobrevivir, los juegos, las reivindicaciones feministas o los días de boda como la novia que ilustra la portada del libro.

"No quería un trabajo escueto" ha asegurado la fotógrafa, que se define como "trabajadora infatigable" y subraya que más que dar a conocer los problemas lo que ha querido es "vivirlo a través de la mirada" de quienes los sufren, de sus arrugas y del peso que arrastran los cuerpos.

García Rodero fue solicitada por la Fundación la Caixa, como ha explicado la directora de programas internacionales de la entidad, Ariadna Bardolet, por su "empatía con las personas y su capacidad para entrar en sus vidas, captar sus sentimientos y fundirse con su alegría".

Miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, integrante de la Agencia Magnum, García Rodero (Puerto Llano 1949) ha recibido, entre otros, el Premio Dr. Erich Salomon (1990), el premio Nacional de Fotografía (1996) y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2005).