"El mundo necesita en este momento mucha paciencia". Este es uno de los dos motivos por los que George Michael ha titulado Patience (Paciencia) su último disco, que salió el lunes a la venta. El otro es de orden discográfico: "Creo que debo contar con los fans más pacientes del mundo", añadió. Ocho años han tenido que esperar esos seguidores para volver a tener en sus manos un CD de su ídolo.

Pero el jueves, una semana después del 11-M, el cantante británico mostró en Madrid más ganas de hablar de política que del negocio musical. "Los atentados nos han dado la razón a los que nos opusimos a la guerra de Irak. Fue una tragedia, pero las manifestaciones del día siguiente en toda España son la mayor señal de esperanza que he visto en muchos años. Sinceramente, me conmovieron", señaló.

Michael parece tener un diagnóstico muy claro sobre los cuatro días que cambiaron la historia reciente de España: "Alguien puede interpretar que los terroristas han conseguido lo que querían. Yo no lo veo así. En realidad, ha sido el pueblo el que se ha levantado para protestar por todas las mentiras y las incompetencias de su Gobierno", analizó.

En su opinión, el mensaje es de naturaleza subversiva: "Los españoles le han dicho a sus gobernantes: ´no somos tan tontos como pensáis´. Y creo que resulta esperanzador que la gente se movilice".

El artista no es un cualquiera a la hora de opinar sobre política internacional. En los meses previos al comienzo de la guerra de Irak, Michael se posicionó activamente contra las intenciones belicistas de su Gobierno, a cuyo primer ministro dedicó una canción y un vídeo en el que Tony Blair aparecía como un perrillo faldero de George Bush. El músico, que ha incluido la canción de marras, Shoot the dog , en el disco, no disimula las ganas que le tiene a su líder nacional. "Las elecciones son en el 2005, pero me encantaría verle ya fuera del Gobierno", asegura.

ARTISTA COMBATIVO

Hacer campaña contra la guerra de Irak fue una de las tareas a las que se dedicó en este tiempo de silencio musical. El otro asunto fue llegar a un entendimiento con su compañía de discos, Sony, a la que denunció en 1993 por querer convertirlo en un "esclavo del pop". Después de perder aquel pleito, las relaciones entre el artista y la empresa volvieron a encauzarse en 2003. Por poco tiempo. Patience será el último trabajo que George Michael publique con esta compañía. O con cualquier otra. "Mis próximas canciones los sacaré directamente en internet y mis seguidores se los descargarán en casa. Podrán escucharlos gratis, o haciendo una donación que irá destinada a una obra benéfica".

El revolucionario invento responde a su hartazgo del negocio discográfico. "No quiero participar de este circo. Necesito protegerme de ese mundo tenebroso en el que unos cuantos viejos pretenden decir a los jóvenes lo que deben escuchar. Hay formas más fáciles de estar en contacto con los fans".