El fotoperiodista Gervasio Sánchez vuelve a tender puentes entre el Pueblo Viejo de Belchite y Sarajevo. Una exposición instalada en las ruinas del municipio zaragozano en marzo del 2019 ya puso en diálogo ambos escenarios para hablar de los horrores de los conflictos armados cuando se cumplía el 80 aniversario de la Guerra Civil. Ahora, la asociación Territorio Goya y el ayuntamiento de la localidad acaban de editar un libro objeto que ahonda en ese camino y vuelve a confrontar ambos episodios para demostrar que las heridas de las guerras no se diferencian mucho entre sí.

«En lugar de tres años, la batalla en Belchite duró dos semanas, pero los testimonios que he escuchado a sus supervivientes son exactamente iguales que los de la guerra de Bosnia», ha subrayado este miércoles Gervasio Sánchez durante la presentación en el centro Joaquín Roncal de Zaragoza, a la que también han asistido el alcalde de Belchite, Carmelo Pérez, el artista Ricardo Calero y el periodista Alfonso Armada. Estos dos últimos firman algunos de los textos de la nueva publicación.

Como la exposición del 2019, el libro objeto también se titula 'Los ojos de la guerra' y se concibe de nuevo como un homenaje a la paz. «Es mucho mejor una paz imperfecta que una guerra, porque la guerra siempre mata», ha señalado el fotoperiodista, para quien Sarajevo y Belchite simbolizan el sufrimiento de los civiles, «la única verdad incuestionable cuando todo se desmorona y los puentes de convivencia se destruyen».

En este sentido, el reportero de guerra ha subrayado que el Pueblo Viejo de Belchite podría ser «el mejor escenario de paz posible», porque es un lugar que genera «sensaciones increíbles». «Hay pocos Belchites en el mundo y por eso sería el mejor escenario para solucionar conflictos armados», ha reiterado.

En su día, la exposición, que también se instaló en el inacabado teatro de la localidad zaragozana, atrajo a unas 23.000 personas durante los cinco meses que duró. Como entonces, otro de los objetivos que persigue el proyecto es «poner en valor» la comarca e impulsar la llegada de visitantes. «Es absurdo que el territorio donde nació el mejor pintor de la historia esté tan despoblado, porque además hay mucho que ver y disfrutar», ha indicado Sánchez, que ha cubierto más de 20 conflictos armados en diferentes partes del mundo.

La caja-objeto, concebido y diseñado por el diseñador gráfico aragonés Isidro Ferrer, contiene el libro con fotografías y textos de Gervasio Sánchez, así como doce imágenes-postales de las intervenciones que se realizaron en el Pueblo Viejo de Belchite. Los textos son de Alfonso Armada, Carmelo Pérez, Julio Martínez Calzón y Ricardo Calero, y se acompañan de un vídeo de la intervención fotográfica de Gervasio, realizado por Javier Romeo. La caja también contiene un «fragmento único», una muestra de tierra de Belchite «que conecta directamente con el lugar».

Con una cuidada edición, tan solo se han realizado 400 copias del libro objeto, que estará a la venta en las librerías aragonesas a lo largo de los próximos días.

En la presentación también ha participado el periodista, escritor, dramaturgo y poeta Alfonso Armada, compañero de fatigas de Gervasio Sánchez en muchos conflictos y autor de uno de los textos que aparecen en el libro. En él, Armada recuerda cómo la actual crisis sanitaria ha arrojado durante los últimos meses características similares a las de una guerra (salvando las distancias). A este respecto, el periodista ha criticado las «dificultades» que han tenido muchos profesionales para poder documentar la pandemia en España. «Ha sido más difícil que en Siria o en Irak», ha denunciado Armada, quien ha apuntado: «Si la gente no se asoma al dolor y a la muerte no toma conciencia de la fragilidad de la vida».

En este mismo sentido se ha manifestado Sánchez, quien ha indicado que durante los últimos meses ha tenido «la misma sensación» que en muchos conflictos: «Las autoridades impedían hacer el trabajo y eso supone infantilizar a la población y confundirla sin saber la virulencia real del virus». Ha asegurado que ha habido más libertad «en Brasil o en Perú que en España» y ha concluido: «Una buena información educa más que la mala».