Una serie de visitas más que especiales a edificios religiosos para verlos de otra manera. Esa es la clave de Siete iglesias a la fresca, ciclo de Gozarte que consta de siete visitas por diferentes parroquias zaragozanas. Se trata de una apuesta por conocer la historia de edificios religiosos de la capital aragonesa de manera entretenida poniendo manifiesto todos sus secretos y desde todas las perspectivas: cultural, social, arquitectónica o artística. Y además, entrando a lugares que habitualmente están cerrados al público: torres, criptas, sacristías, trasagrarios...

Las siete iglesias que forman parte de este programa son la parroquieta de la Seo, la Cartuja Baja, San Miguel, San Gil, la iglesia del Seminario de San Carlos, San Felipe y Santiago El Mayor. Las visitas se distribuyen de miércoles a sábados y se desarrollan a partir de las 20 horas con una duración de dos horas aproxidamente, previa inscripción. La entrada ronda los 15 euros.

Asimismo, dos de ellas (la visita al barrio de la Cartuja Baja y la de la iglesia San Felipe) son teatralizadas, es decir, Gozarte mostrará con todo lujo de detalles cómo eran los personajes de aquella época y qué ocurrió entre ellos, además de narrar algunos de los sucesos más significativos que allí tuvieron lugar, algunos de ellos desconocidos.

La música servirá de guía en otras visitas, como las correspondientes a la iglesia de San Miguel y a la de San Gil, en las que se podrá entrar en una minúscula capilla desconocida, conocer la historia de la campana de los perdidos y muchas otras. Todo de la mano de los guías que son verdaderos expertos en la historia de la ciudad y sus riquezas patrimoniales.

«Las iglesias tienen mucho que contar y desde Gozarte, gracias a la colaboración de los párrocos, queremos contribuir a descubrir ese increíble patrimonio que muchas veces desconocemos, bien porque están cerradas, porque hay zonas que no son accesibles para el público... Queremos disfrutar con los zaragozanos y visitantes de estos lugares, con la tranquilidad que da hacerlo ya al final de la tarde, relajados y a puerta cerrada, en exclusiva para nosotros», explica Carlos Millán, gerente de la asociación.