La cartelera zaragozana contará desde mañana miércoles con nuevas salas y es que los Cinesa Grancasa reabrirán sus puertas tras meses cerrados por la pandemia. Y lo harán gracias, en parte, al impulso de público que se espera obtener con uno de los estrenos del verano, el de la película de Santiago Segura Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra que, en Zaragoza, también se estrena en los cines Yelmo y en los Cinesa Puerto Venecia.

El actor dirige, escribe y protagoniza la cinta, que llega desafiando a la pandemia de coronavirus y en uno de los momentos más delicados para los cines. Pese a este contratiempo, el cineasta ha decidido mantener la fecha de lanzamiento y dar con su trabajo un impulso a las salas. «Desde pequeñito la sala oscura ha sido mi devoción. La idea de hacer una película y que no pase por cines me da angustia», confiesa Segura. El intérprete reconoce que están estrenando «contra viento y pandemia», decisión que ha tomado para ayudar a una industria que le ha «dado tanto».

«Los cines necesitan producto», reivindica, aunque admite que le da «pena» ver cómo «las superproducciones norteamericanas quieren conservar sus inversiones», dejando un agosto en blanco sin películas «palomiteras» en cartel. «A mí me ha parecido necesario estrenar. Además he visto las medidas de seguridad que han implementado los cines, que están muy bien», apunta.

Loles León, que encarna a la suegra del título, aboga por «normalizar estos momentos difíciles para poder salir adelante», y eso pasa por seguir disfrutando del séptimo arte. «Hay que intentar tener las mismas emociones y las mismas risas que antes. Está muy bien estrenar ahora porque se empieza con esta comedia y ese es el camino que tenemos que seguir», señala. Para la intérprete, «hay que vivir la vida tal y como está en este momento hasta que encuentren un tratamiento».

«El cine estaba muy tocado y esto puede ser la puntilla», lamenta el realizador, que teme por el futuro de la gran pantalla. «Me daba mucha pena que esta pandemia se llevase a los cines», confiesa.

Segura estaba decidido a cumplir con la fecha de estreno pese al confinamiento, que le obligó a posponer los últimos días de rodaje. «Ha sido extraño, con las mascarillas... La nueva normalidad, que yo la detesto. Espero que desaparezca muy pronto y entremos en la antigua normalidad», bromea. «Lo que no podemos es paralizarnos o deprimirnos, tenemos que salir adelante como sea. Es importante revitalizar la economía», esgrime.

Con la reapertura de los Grancasa, en Aragón solo falta que lo hagan los pertenecientes a Zaragoza Urbana (es decir, los Palafox, Aragonia y el Cervantes) para que la cartelera vuelva a contar con las mismas salas que antes de que se declarara el estado de alarma.