La prolífica factoría de etiquetas para subgéneros fantásticos creó la del grimdark para un tipo de ficción realista dentro de lo fantástico, con cinismo, drama, violencia, sexo, personajes llenos de cicatrices físicas y morales y mugre. Joe Abercrombie es su Lord, aunque haya más de un toque grimdark en Juego de tronos. Con El arcano y el jilguero (El Transbordador), Ferran Varela ha publicado el primer grimdark maduro en castellano. Aunque su protagonista, un torturador con sentimientos que recuerda al Inquisidor Glotka de Abercrombie, tenga un corazoncito. Y resuene más de un eco de Patrick Rothfuss (ese juego entre las leyendas y la realidad que esconden).