La batalla del streaming no se acaba, solo se vuelve más complicada. En su última presentación épica en Cupertino (California), Apple ha desvelado, entre otras novedades, un servicio basado en contenidos originales encargados por la compañía: Apple TV+, que ocupará la franja estrella en su rediseñada aplicación Apple TV.

Sus colaboradores en la aventura ya se habían ido conociendo regularmente a través de las publicaciones de la industria. Pesos pesados del entretenimiento como Steven Spielberg, J.J. Abrams y M. Night Shyamalan; directores de prestigio como Sofia Coppola y Damien Chazelle, o estrellas carismáticas como Reese Witherspoon, Steve Carell y Jennifer Aniston participarán en series y películas exclusivas de la compañía (no solo) tecnológica.

Apple TV+ llegará el próximo otoño, cuando se espera que haga también su desembarco Disney+, aunque está por ver si este último servicio no tarda algo más en llegar a Europa, donde tendrá que hacer adquisiciones o coproducir nuevos títulos para cumplir con la norma de albergar un 30% de contenido europeo.

Según explicó The Walt Disney Company a inversores el pasado noviembre, Disney+ se concentrará en el entretenimiento familiar y ofrecerá distintas experiencias de usuario, según cuál sea tu marca favorita de la compañía: Disney, Marvel, La guerra de las galaxias, Pixar o National Geographic.

Hay expectación alrededor de las series spin-off de Star wars (The Mandalorian y Cassian Andor), pero también resulta altamente intrigante esa nueva serie de Alta fidelidad protagonizada por Zoë Kravitz, no sabemos si en el papel de hija de Marie DeSalle, la cantautora a la que dio vida su madre, Lisa Bonet, en la adaptación al cine del 2000.

Apple TV+ no se mira en el espejo, no al menos de momento, de un mastodonte como Netflix. Según los analistas de Wall Street, el gasto de Netflix para este año podría llegar a los quince mil millones, mientras que el presupuesto inicial de Apple TV+ ha estado alrededor de los mil. De momento, Apple TV+ se parece más a HBO. O mejor dicho… a lo que hasta ahora había significado HBO; más la calidad que la cantidad.

El pasado julio, John Stankey, ejecutivo de la compañía telefónica AT&T (nueva dueña del grupo Time Warner, al que pertenece HBO), dio una charla en la que proponía este reto a los empleados de la prestigiosa marca: «Quiero más horas de engagement No digo horas a la semana, ni al mes. Necesitamos horas al día».

Meses después, Richard Plepler, director ejecutivo de HBO, dimitía tras reuniones poco productivas con Robert Greenblatt (ex NBC, ex Showtime), nuevo presidente de lo que ya no es Time Warner, sino WarnerMedia.

Bajo la dirección de la nueva jefa Jennifer Salke, el Prime Video de Amazon está sufriendo una importante transformación. Hace un tiempo se quitaron de encima varias dramedias de culto y empezaron a buscar el modo de colarse en la conversación cultural masiva. Su atajo fue una serie de El Señor de los Anillos que se prepara en el secretismo más absoluto, aunque la historia de base sea bien conocida.

Cine exclusivo

Prime Video planea, además, plantar cara a Netflix en el asunto del cine exclusivo. Quiere llegar a las 30 películas propias al año: diez de ellas, de prestigio y con ambición de premio, se verían también en cine, mientras que el resto irían directas a la plataforma. Entre estas últimas encontraríamos títulos acordados con Blumhouse Television (división de tele de la productora de Déjame salir y Nosotros) o Blossom Films, la compañía de Nicole Kidman.

Para el espectador, esta sobreabundancia es tan estimulante como asfixiante. Y para nuestros bolsillos, un problema: en un hogar medio quizá se puedan permitir pagar por uno, dos e incluso tres servicios, pero no por todos. Tocará elegir.