Su intención no era tanto modernizar algo que "ya era moderno", sino crear un álbum nuevo valiéndose de los arreglos y las grabaciones originales. El icónico Nino Bravo se ha hecho indie por obra y con la gracia habitual de Guille Milkyway. En el disco Nino Bravo. En libertad, by La Casa Azul, el compositor, productor, ingeniero, instrumentista y hasta jurado (de Oh happy day) homenajea al malogrado artista valenciano, con motivo del 40° aniversario de su precoz muerte (falleció con solo 29 años en un accidente de coche).

Milkyway aclara que antes de decidirse a dar el sí a la discográfica que le propuso tal osadía, quiso contar con el beneplácito de la familia de Nino Bravo. "Es importante tener a todos de tu lado. Piensa que a mí me daba mucho miedo. Soy tan superfan... Y he visto cómo se han degradado tantos grandes éxitos...". Así que con suma devoción, atino y sensibilidad, Milkyway se puso a "regrabar canciones" que consideraba "sublimes". Y, en ocasiones, con atrevimientos bien justificados: en América América juega con el reggae.

UNA VOZ ÉPICA "Fue una decisión muy meditada --asegura--. Llegué a hacer cuatro versiones distintas, y esta era la última. Es una canción que respira Caribe, pero los ritmos caribeños no me gustan, así que estaba al final de la lista. Cuando nos pusimos a trabajarla de nuevo, comprobamos que funcionaba muy bien. Te choca el reggae, sí, pero creo que se mueve como pez en el agua. Y luego ya deriva más al soul y al funk, que también aguantan bien".

Pero para el músico, la "más rompedora", sin embargo, es En libertad, "con ese remix, esa electrónica... La voz de Nino Bravo es muy dúctil. Se adapta bien a todo. Tiene tanta potencia que la hace casi épica. La escuchas y es como si la vieras levantando el puño diciendo: 'Aquí estoy'", apunta.

El alma de La Casa Azul admite ser muy "desprejuicidado". Ser un artista "nada ortodoxo" en su forma de trabajar. Y asegura que esta vez se propuso "hacer algo muy clásico, que respirara el mismo espíritu que la base original". "Después de todo el tratamiento artificial, de coger el máster, separar, aislar, poner la voz... quería que todo fuera supernatural --insiste el músico--. No quería ningún artefacto raro. Lo que supuso un trabajo muy duro".

PRESENCIAS Y AUSENCIAS Al final Guille Milkyway asegura que optó por "dividirse en dos", para poder tener la mente suficientemente clara a la hora de tener que tomar las decisiones artísticas y ser a la vez consciente de "lo que técnicamente era posible y lo que no".

El álbum incluye memorables temas como Esa será mi casa (con el que Nino Bravo se postuló para ir a Eurovisión, como Milkyway, vaya...). Pero los fans del intérprete valenciano echarán de menos, sin duda, algunos exitazos como Un beso y una flor, Noelia y Libre. "Estos tres son muy hits, sí --admite--. No las incluí pero no por ir de esnob. El resto de piezas están al mismo nivel. De hecho, Libre, por ejemplo, es la que menos me gusta. Y Un beso y una flor no está por un tema meramente artístico: la considero la perfección pop. Una composición perfecta, interpretada perfecta, con arreglos perfectos, una producción diez... En otras, en cambio, veía que podía quizás aportar algo, Pero no en esta".