Fuendetodos vivió ayer como una auténtica fiesta la celebración del 258 aniversario del nacimiento de su hijo más ilustre, Francisco de Goya. Una fiesta de cumpleaños donde las artes plásticas y las letras bailaron más juntas que nunca gracias a la presencia de un invitado muy especial, el premio Nobel de Literatura Günter Grass, que llegó a la localidad para mostrar una faceta menos conocida para el público, la de artista, con la inauguración de una exposición de 36 grabados que resumen su trayectoria en este campo desde los años 70. Hoy, el autor seguirá en Fuendetodos, donde realizará un grabado en el taller de la localidad.

Dos facetas distintas, la de escritor y la de artista, que, sin embargo en su labor intelectual "siempre han estado interrelacionadas", señaló Grass, "pues me gusta interrumpir el proceso literario con dibujos, ya que éstos son, en ocasiones, instrumentos más precisos que el propio texto para imaginar visualmente lo que quiero decir", explicó. Además, continuó, "necesito cambiar de herramientas para luchar contra la rutina de la escritura".

La presencia del autor alemán levantó una gran expectación en la localidad, donde decenas de personas siguieron su visita a la casa natal de Goya, el Museo del Grabado y la sala Ignacio Zuloaga, sede central de su exposición. Una muestra que, para su inauguración, contó con las principales autoridades aragonesas, encabezadas por el presidente del Gobierno aragonés, Marcelino Iglesias; el presidente de la DPZ, Javier Lambán; el presidente de las Cortes, Francisco Pina; la consejera de Cultura, Eva Almunia o la diputada delegada de Cultura, Cristina Palacín.

AVAL PARA LOS PROYECTOS

El alcalde de Fuendetodos, Joaquín Gimeno, hizo de feliz anfitrión en un día que definió como "muy especial, por la visita de una figura mundial cuya presencia, sin embargo, no es la culminación de nada, sino un aval para el trabajo que aquí desarrollamos y los proyectos que queremos emprender".

Günter Grass, por su parte, señaló que exponer sus obras junto a la casa natal de Goya "es todo un honor" y dejó clara su admiración hacia el pintor de Fuendetodos, "del que tengo ocho grabados originales en mi casa, que me ha regalado mi mujer". Grass, que apuntó que en su labor como grabador han influido sobre todo Durero, Rembrant y Goya, recalcó la importancia de la cultura española en su obra, "pues no puedo entenderla al margen de los escritores y pintores españoles. Mi obra --continuó-- no es imaginable sin la novela picaresca" .

GOYA, UN EJEMPLO

Ya centrado en su labor artística y su relación con Goya, el premio Nobel considera que el pintor aragonés "ha sido importante en mis ideas porque es ejemplar en sus actitudes políticas, de denuncia y crítica hacia la iglesia, la inquisición o las crueldades de la guerra". De ahí que Grass estime, que como su propia obra, la de Goya "no puede ser sólo, como hacen algunos críticos, estudiada desde lo artístico, pues es imposible negar su transfondo político y crítico, ya que si no se miran así se diluye su significado y no puede llegarse a su verdadera interpretación", dijo.

Y es que para el intelectual alemán, "Goya fue ejemplar en combinar el realismo drástico y las representación de lo fantástico de la ensoñación humana, lo que hace que sus obras estén hoy vigentes para la plástica contemporánea".

Pero más allá de lo plástico y literario, Grass dejó claro su compromiso con la sociedad, tan patente en su literatura, al hacer algunas reflexiones sobre los motivos por los que los hombres, al igual que ese grabado de Goya titulado A garrotazos" , siguen intentando solucionar los problemas a golpes . Para el escritor, "existe una gran disociación entre el desarrollo tecnológico que permite viajar al espacio, y al mismo tiempo se muestra incapaz de alimentar y crear condiciones de igualdad en la población mundial".

Por eso considera que problemas como los acontecidos en la guerra de Irak y el terrorismo global tendrían que ser enfocados de otra forma y no sólo con la guerra: "Se deben encontrar nuevas formas de enfrentarse a este tipo de problemas, y no sólo con la guerra, hay que ir a las raíces del problema, porque sabemos que la pobreza en el tercer mundo es el caldo de cultivo del terrorismo. Willy Brandt y Olof Palme ya propusieron una especie de Plan Marshall para combatir la pobreza y crear iguales condiciones de mercado en esos países, destinando incluso el dinero de la carrera armamentística", concluyó,