"Yo al público casi siempre le he dado lo que ha querido". Con estas palabras se presentó ayer en Zaragoza la mezzosoprano madrileña Teresa Berganza, reconocida como una de las eminencias vivas de la ópera, que participó en Zaragoza en una nueva sesión de Encuentros líricos. La charla, que tuvo lugar en el cine Cervantes, estuvo organizada por la Asociación Aragonesa de la Ópera Miguel Fleta con el objetivo de acercar a esta diva a los melómanos del bel canto.

Tras 58 años en los escenarios, en 2008 se retiró porque "todo tiene su momento y hay que saber decir basta", por respeto a la propia ópera, añadió. Y es que "cuando se llega a un nivel, no se puede bajar", resaltó. Sin embargo, su figura siempre estará relacionada con el universo operístico, puesto que, para ella, "dar un concierto es un acto de amor".

Después de tan dilatada carrera profesional, a la cantante, ganadora del Premio Nacional de Música, le resulta una tarea complicada rescatar algún momento imborrable. "Es muy difícil escoger uno", afirmó ayer convencida. "Tampoco es posible que me acuerde de todos los momentos que he vivido" como cantante de ópera, porque "son muchos", destacó.

RECUERDOS DE ZARAGOZA Su presencia en Zaragoza le hizo evocar una visita que realizó, y que no logró fechar, a la capital el Ebro. "Tengo 81 años y, a veces, me parece que tengo 200" porque según desveló, cuando se encontraba de viaje a la ciudad para impartir el coloquio, "me acordaba de cuando aún estaba estudiando en el conservatorio y vine a cantar durante las fiestas del Pilar". Pero su memoria llega a más, "cante Las siete claves de Aragón, una canción que compuso para mí el profesor Gerardo Gombao" y cuya letra tenía como autor al zaragozano Santiago Galindo. "Me emocioné muchísimo ese día", reconoció la diva.

En cuanto al futuro de la ópera y la necesidad de que nuevos públicos se acerquen a este género, Berganza opinó que "yo los atraería (a los jóvenes) llevando la música a las escuelas" y aseguró que desde muy pronta edad "hay que enseñarles el ritmo y hacerles oír música a los niños". Para esta artista, es fundamental que los más jóvenes "se acerquen a la música clásica" aunque "después bailen las esquizofrenias esas que bailan y que las aprenden por verlas en la televisión", aseguró refiriéndose a ritmos más modernos, como el bakalao o el reggeaton.

Además, asegura que la cultura, en España, está "en decadencia". Y responsabiliza en cierto modo a la clase política, pero tiene una solución para ello: todos los aspirantes a unas elecciones deberían pasar un examen de música, y habría que votar al que lo aprobara. Eso demostraría, ha dicho, que está bien preparado y que se va a ocupar de la cultura.