Seis años hizo el pasado 9 de noviembre de la muerte del periodista Stieg Larsson y seis años hace que se prolonga la agria disputa por los beneficios póstumos generados por el éxito de su trilogía Millennium, que enfrenta a sus herederos según la ley sueca --su padre, Erland, y su hermano, Joakim--, con su heredera moral, Eva Gabrielsson, su pareja de hecho durante 32 años, con la que no llegó a casarse, y que por ello no ha visto ni un euro. Un culebrón que lejos de terminarse suma un nuevo episodio tras la publicación en Francia, el 19 de enero, de Millennium, Stieg et moi, un libro donde Gabrielsson acusa a la familia de haber creado una "industria Stieg Larsson", que simboliza todo lo que el comprometido escritor denunciaba.

La réplica de Joakim Larsson no se ha hecho esperar. Ha salido en la televisión sueca y ha colgado en la web oficial de Millennium y en la de Moggliden AB, empresa que creó para gestionar los derechos, un comunicado defendiéndose de lo que califica de "falsedades y declaraciones engañosas" del libro de Gabrielsson.

Paralelamente, en respuestas a este diario vía correo electrónico, el hermano del periodista sueco también contrataca: se alegra de que la viuda publique su libro en la editorial Actes Sud, la misma que en Francia edita la trilogía, "¡porque ella también trabaja ahora en la industria Millennium! Eva dice que nunca cooperará con una editorial que haya publicado y ganado dinero con la serie pero ahora lo hace. Dice una cosa y hace otra". En España, el libro de Gabrielsson saldrá en abril en Destino y Columna.

SIN MIEDO "¿Si tengo miedo del libro de Eva? ¡Definitivamente no! --añade Joakim Larsson-- No contiene ninguna novedad". Sin embargo, aunque Gabrielsson reitera en su libro que no quiere dinero sino la gestión literaria de la obra de Larsson, en el origen de la disputa están los suculentos beneficios de Millennium, que el propio Joakim cifra en 20 millones de euros, a los que hay que restar 5,5 de impuestos, según la primera declaración de hacienda de la empresa Moggliden. Parte de esos 14,5 millones han servido para "apoyar los sueños y proyectos de Stieg", afirma el hermano.

Joakim insiste en que, excepto los derechos de la trilogía, han dado a la viuda todo lo que el autor tenía cuando murió, le han ofrecido "dos millones de euros" y un puesto en la empresa que gestiona los derechos, pero ella no aceptó. "Estoy sorprendido de que Eva aún no quiera cooperar con nosotros", se lamenta.

La batalla se extiende también al cuarto libro que Larsson dejó inacabado y que la viuda se ofrece a terminar a cambio de su gestión. "Eva quería compartirlo con nosotros pero dijimos que no. Y le sugerimos que si lo acababa debía firmarlo y que en la portada aceptaríamos que pusiera Este libro está inspirado por Stieg Larsson. Pero Eva no quiso ni hablar".