No son los Rolling Stones, pero sin embargo, desde que las huestes de Mick Jagger actuaron en Zaragoza, el pasado mes de septiembre, no ha pasado por la ciudad otro grupo que concite tanta expectación como Metallica. Las 32.000 personas que llenarán hoy La Romareda, más de la mitad llegada desde fuera de la ciudad, así lo atestiguan. Para muchas personas a las que sí les suenan los Stones, Metallica eran unos auténticos desconocidos hasta que no comenzaron a oír su nombre como protagonistas de un concierto nada menos que en el estadio.

Pero hoy, miles de jóvenes gritarán al unísono ¡Give me fuel! ¡Give me fire! (¡Dame fuel! ¡dame fuego! ), el incendiario grito de guerra con el que reciben al grupo sus apasionados seguirores. ¿Quién es, pues, Metallica que hace que se fleten autobuses para venir a verlos a Zaragoza desde La Coruña, Granada o Palma de Mallorca? Los amantes del heavy lo saben muy bien, ya que es un grupo fundamental para entender la evolución del rock duro en las últimas dos décadas. Y para ellos son auténticos dioses.

Cuando las grandes bandas del heavy que dominaron los 80, como Judas Priest, Iron Maiden o Scorpions comenzaron la decadencia, y otros como Slayer o Megadeth no conseguían levantar el género, surgió Metallica como una vuelta de tuerca, acelerando el ritmo y rompiendo las leyes de lo acústicamente correcto. Desde ese momento, en 1981, con un disco homónimo, se convirtieron en los reyes del metal, arrasando en las listas de ventas.

BAJON Y RENACIMIENTO

Pero no todo fue éxito radiante. La muerte, en accidente de tráfico, del bajista Cliff Burton, estuvo a punto de acabar con el grupo. Y a mitad de los 90 llegó un bajón musical. Desde la grabación de Re-load (1997), la creatividad del grupo comenzó a agotarse. "Era una cuestión de fe. Habíamos perdido la confianza", decían los componentes. La marcha del bajista Jason Newsted, los problemas con el alcohol del líder de la banda, James Hetfield y una batalla por los derechos de su música en Internet fueron causas de la depresión. Aún editaron un disco en directo con la Sinfónica de San Francisco. Pero tuvieron que ir al terapeuta.

En la rehabilitación ayudó mucho la contratación de un nuevo bajo, Rob Trujillo, ex Suicidal Tendencies. Con las pilas puestas, volvieron al estudio y salieron con St. Anger , el disco que hoy presentan en Zaragoza, y un videoclip rodado en la cárcel de San Quintín que los ha vuelto a colocar en primera línea del rock más rabioso, habiendo conquistado un nuevo y joven público.

Metallica, por cierto, no estará solo hoy en La Romareda. Le acompañarán dos grupos de otro nuevo giro de la onda metálica, el denominado Nu-metal . Son algo así como los hijos musicales de la banda de California, pues su legado sigue marcando las tendencias actuales del metal.

Por un lado estarán los galeses The Lostprtophest y, por otro, los americanos de Iowa Slipknot. Estos últimos cuentan también con numerosos seguidores y venden millones de discos. Banda multitudinaria formada por nueve músicos, se ha hecho tan famosa por la dureza de su sonido como por salir a escena con máscaras terroríficas, al estilo del protagonista de La matanza de Texas .

Rebautizados con números del 0 al 8, Slipknot son Dj Sid Wilson (0), el batería Joaey Jordison (1), el bajista Paul Grey (2), el percusionista Chris Feb (3), el guitarrista James Root (4), el programador Craig Jones (5), el persucionista Shawn Clown Crahan (6), el guitarrista Mick Thompson (7) y el cantante Corey Taylor (8). Son las nuevas generaciones que mantienen viva la llama del metal. Give me fire .