El propio título de este libro de José Manuel Soriano Degracia publicado por las Prensas de la Universidad de Zaragoza refleja un movimiento que será el que caracterice prácticamente todo el poemario: esos Hogares de paso que de manera oblicua refieren también a lugares de paso son como estaciones de un viaje, que se va desarrollando de un modo u otro en los poemas, y que tiene de forma muy significativa a la memoria y al recuerdo como actores protagonistas.

En este escenario, el tiempo se convierte en uno de los factores fundamentales que sirven para matizar los versos: unos versos que en la mayoría de las ocasiones parecen dichos en voz baja, más bien con lentitud, como para querer saborear lo que las palabras están nombrando. Esto se deja ver especialmente en los poemas que son descripciones de paisajes o momentos de encuentro con la naturaleza, en algunos de los cuales José Manuel Soriano alcanza interesantes hallazgos con una economía expresiva que los hace aún más remarcables. Como ejemplo, el trágico poema Rayo: «Fue al atardecer. / Cayó la luz / entre la gota / y el trueno. / Bajo la sabina / se cobijó la muerte».

Como suele ser habitual, en ese camino, ese viaje que el poeta se anima a emprender el camino es más importante que ese destino en busca de un tiempo perdido. Quizá algo de ello haya en los versos iniciales del poema Tierra: «Como quien vuelve con la mano de visera / al lugar de donde nunca marchó».

El propio autor parece darse cuenta de ese periplo circular a veces sin meta, y en sus poemas puede encontrarse un poso de triste desesperanza, que aunque no empaña el tono general de movimiento, búsqueda y afirmación del libro, sí que deja advertencias como esta: «Palabras escritas / en un trozo de papel / que ayer tuvieron un significado, / ahora son simples letras / que me dicen / de qué forma se escribe el olvido».

HOGARES DE PASO

Manuel Soriano Degracia

PUZ