La Fundación José Antonio Labordeta cierra el año con un homenaje a la figura de Miguel Labordeta, hermano del cantautor y el poeta aragonés más destacado de todo el siglo XX. El pasado mes de agosto se cumplió medio siglo de su repentino y prematuro fallecimiento y el acto con el que le recuerda la fundación es un preludio del congreso que se va a organizar sobre su vida y su obra y se celebrará en 2021, cuando se conmemorará el centenario de su nacimiento.

El homenaje previsto para este jueves será una sencilla jornada en la que habrá una aproximación a su vida y a su obra y se leerán algunos poemas del autor de libros tan relevantes como Sumido 25, Transeúnte Central o Los Soliloquios. El acto empezará este jueves a las siete de la tarde en la sede de la fundación, en la calle Mariano Barbasán de Zaragoza. La entrada es libre hasta completar el aforo de la sala de actos.

El periodista especializado en cultura Antón Castro intervendrá y dirigirá el acto, que abrirá Juana de Grandes, viuda de José Antonio Labordeta y patrona de la fundación. De Grandes conoció personalmente al poeta, y hará una semblanza de su peculiar personalidad. Para completar el acercamiento a la vida de Miguel Labordeta, el periodista Antonio Ibáñez (autor de la biografía Miguel Labordeta, poeta violento idílico) hará una aproximación a su vida, importante para conocer un poco mejor su obra poética y la influencia que tuvo en la vida cultural zaragozana posterior.

La segunda parte contará con la intervención de dos de los filólogos que más y mejor han estudiado la compleja poesía de Miguel Labordeta: Alfredo Saldaña y Antonio Pérez Lasheras. Ambos son autores de la publicación más completa sobre su obra publicada, editada en 2015 por Prensas Universitarias. El homenaje concluirá con la lectura de algunos de sus poemas más conocidos y que han sido recitados por algunos de los mejores actores.

Miguel Labordeta nació en 1921 en Zaragoza, ciudad en la que falleció de forma súbita en 1969. En sus apenas 48 años de vida desarrolló una breve pero muy reseñable obra poética que destaca por explorar numerosas formas de vanguardia pero siempre desde un prisma muy personal y sin estar sujeto a ninguna corriente específica. Es precisamente su originalidad e independencia la que lo convierte en un autor inclasificable y más reconocido en los últimos años que durante su vida. Y más si se tiene en cuenta que nunca participó de capillas literarias y círculos de influencia, que repudiaba con ironía. Aun así, estableció una amplia red de contactos con autores de su generación y fue un gran conocedor de todas las vanguardias poéticas de la época. Fue el fundador de una Oficina Poética Internacional que aglutinaba a gran parte de estos autores.

Asimismo, fue un agitador de la vida cultural zaragozana de posguerra. Fue uno de los asiduos de la célebre peña del Niké, una tertulia iconoclasta y excéntrica que se celebraba en un café de la actual calle Cinco de Marzo de Zaragoza y que congregaba a los jóvenes inquietos de la época. H