El horror de la guerra civil española, pintado por Pepe Cerdá

AUTOR: Pepe Cerdá

LUGAR: Paraninfo de la Universidad

ORGANIZA: UGT Aragón

FECHAS: Abril-mayo del 2004

Pinceladas rabiosas de Pepe Cerdá, como apuntes goyescos en los que la tragedia tiene el sonido inseguro y agrio de las chapas de esos coches blindados, como los convoyes que Sender hace regresar al campamento con los cadáveres de la jornada en la primera página de Imán .

Ejecutivos de trajes impecables, impasibles y cómplices en el silencio de los escombros y las vigas sueltas bajo el cielo de Oviedo. Ese alemán del abrigo impecable que posa en un escenario de fachadas caídas y ventanas volcadas pero cada botón del abrigo en su sitio. Cómo están las empresas siempre agazapadas detrás de todas las guerras, y salen cuando las bombas han cesado, con las cucarachas y las ratas, a mirar el paisaje. El realismo de los dibujos a brochazos de El Roto en las manos de Cerdá. El horror sin marco en el escaparate del gangsterismo. Eran los años 30 y ya funcionaba el esperpento de la propaganda en aquellos páramos por los que serpenteaban columnas de tropas mal pertrechadas.

Cadáveres en la Barcelona de los primeros días. Los dos muertos están simétricamente invertidos como una metáfora triste de las dos Españas. El pañuelo nuevo que tapa la cara del primero, junto al charco de sangre es la camisa blanca del fusilado de Goya. Se adivina a la gente metida de lleno en la guerra, ya con el run run de la muerte dentro del cuerpo ¡Qué grises las calles de las ciudades, tan parecidas a los páramos desolados por los que crece el esparto y discurren las tropas sin apenas munición. La España adusta, tranviaria y cargada de consignas de hace 70 años. Las Multitudes de Saura frente a los trajes de los ejecutivos alemanes de la empresa Bayer. La inútil marcha del pueblo hacia una victoria que se volvería de espaldas.