El segundo largometraje de Dani de la Torre, La sombra de la ley, se estrenó la semana pasada y por el momento, va cuarta en la cartelera. De nuevo, el director gallego ha contado con Luis Tosar como protagonista para su filme, una película de género basada en la historia de las luchas sociales que surgieron en la Barcelona de los años 20, «una época que nunca o casi nunca se había tratado en el cine español y que está cargada de luces y sombras», según dijo ayer el cineasta. Tanto De la Torre como Tosar estuvieron ayer en el Paraninfo de Zaragoza, en el ciclo La buena estrella, donde mantuvieron un encuentro con sus seguidores.

«Trabajar con Luis es increíble. Tenemos gustos similares y trabajamos de forma muy parecida. Ambos nos comunicamos sin hablar, somos muy de Lugo, muy pragmáticos. Después de trabajar por primera vez nos hicimos muy amigos», relató ayer el director. En la película, Tosar da vida a Aníbal Uriarte, un policía enviado a Barcelona para ayudar en la detención de los culpables al asalto de un tren militar. «Este es el típico personaje del que te pones a hablar y tienes que parar porque si no haces spoiler», dijo el actor, que también explicó por qué accedió a interpretar el papel: «De Aníbal me atraía que habla poco -contó Tosar-. Yo comencé haciendo teatro de gestos y esta ha sido una manera de volver a esos orígenes. Me gusta tener que expresarme a través de la mirada y no de las palabras».

La mirada del protagonista es precisamente una de las constantes en La sombra de la ley, ya que Tosar se convierte en la cinta en los ojos de los propios espectadores. «Es muy atractivo interpretar a este tipo de personajes tan misteriosos, de los que no se sabe la verdad hasta el final. A través de su mirada se va descubriendo un mundo, y también el dilema moral al que se enfrenta», insistió el intérprete.

El guion de la película llevaba ya tiempo rondando entre los productores hasta que llegó a las manos de De la Torre. El largometraje se sitúa en la Barcelona de la segunda década del pasado siglo, un tiempo en el que el pistolerismo se hizo con las calles de la ciudad condal. La lucha por el poder pasó de los despachos a la calle, y los movimientos y demandas sociales empezaron a organizarse. «En esa época Barcelona era una ciudad grande y abierta, en expansión. Parece que en el cine siempre miramos hacia los bajos fondos y yo he querido buscar la luz», explicó el cineasta. Así, en palabras de su director, La sombra de la ley se basa en la «búsqueda del poder». «Hoy también hay gánsteres aunque las circustancias sean otras. Siempre hay personas intentando controlar al resto. En esa época eran los empresarios contra los trabajadores y ahora son otras cosas. Por mucho que el discurso suene diferente, es lo mismo siempre».

Con respecto a las dificultades que han tenido que afrontar para realizar la película, De la Torre explicó que siempre es arriesgado hacer una película de género, de gánsteres, en España, ya que la gente tiene una serie de referentes en las películas americanas con las que «es difícil competir». «Era el momento de hacer esta película, porque los efectos digitales lo permiten. Antes hubiera costado millones», añadió.

Sobre la competencia hablaron bastante los dos, centrándose sobre todo en las nuevas plataformas digitales, que están cambiando la forma de ver cine «y de hacerlo». «Hemos estrenado en un momento complicado porque salían también tres películas americanas, y contra eso nunca se ha podido luchar. El cine medio está desapareciendo, porque ahora solo se producen o grandes películas de superhéroes o para niños, o cine indie que es el que gana festivales. Hoy, el espectador lo ha visto todo, es muy complicado sorprender. Antes todo era más sencillo, pero es lo que hay», concluyeron.