El XXVIII Festival Internacional en el Camino de Santiago de la Diputación Provincial de Huesca acoge desde esta semana la exposición Los sonidos de la imagen, colección sobre iconografía musical centrada en Aragón. Puede verse en el Museo Diocesano de Jaca hasta fin de mes. Los miembros de La Chaminera Encantada Ángel Vergara y María José Menal son sus responsables.

La exposición es una propuesta de aprendizaje amena e interactiva a todos los niveles. «No olvidemos que muchos de los instrumentos musicales que podemos contemplar y oír en conciertos como los programados en este festival se han podido construir a partir de las representaciones artísticas, ya que de muchos de ellos no quedan ejemplares de la época o son muy escasos», destacan.

De ahí que entre las piezas que se muestran estén castañuelas, címbalos, sonajas, campaniñas, flautas traveseras, bandurrias o guitarras, pero también pueden verse obras artísticas donde se reflejan estos instrumentos.

La Chaminera siempre ha estado activa y preocupada en rescatar contenidos desde las diferentes fuentes documentales y literarias. «Recrear la historia de forma fiel requiere leer a quienes nos han precedido en el estudio del tema que nos ocupa. No debemos olvidar que la música tal y como la conocemos ahora tiene mucho que ver con los sistemas de grabación y reproducción que son muy recientes en la historia de la humanidad», subrayan Vergara y Menal.

«Son muchos los siglos en que la música se vivía de otra manera, y es bueno sumergirse en el contexto para comprender mejor». Ya hace tiempo que la música antigua es objeto de investigación y difusión por parte de mucha gente: historiadores del arte, musicólogos, constructores de instrumentos, intérpretes.

Este legado cultural y sonoro «es una gran obra colectiva, una de cuyas piezas fundamentales es, desde luego, el público que, sin ser mayoritario, no deja de crecer, en cantidad y calidad».

La creación y expresión artística es otra de las constantes de la labor que realiza La Chaminera: «A través de la música —y nosotros venimos del ámbito de la tradición popular— llevamos tiempo haciendo actividades que no sólo tienen que ver con el arte sino también con las lenguas, las matemáticas y otras ciencias. Puede sonar extraño, pero es francamente enriquecedor».