Siberia
Matthew Ross
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‘THRILLER’
Lucas Hill (Keanu Reaves) es un tratante de diamantes norteamericano que vende mercancía a delincuentes. Un día, su socio ruso Pyotr desaparece, por lo que él decide dirigirse a Siberia para encontrarlo y recuperar su valiosa posesión. Durante su búsqueda conocerá a Katya (Ana Ularu), la dueña de un café de la ciudad de la que se enamorará perdidamente. Sin embargo, la mafia rusa será un obstáculo para las intenciones de Lucas.
Aunque Keanu Reeves luce un semblante hierático y parco en esta mezcla de thriller y drama ambientado en el invierno ruso, su personaje está en las antípodas del también ascético asesino que ha encarnado en los dos filmes sobre John Wick, agitados relatos de acción seca y cortante. Y eso es algo que va arastrando la producción a lo largo de todo su desarrollo de manera evidente.
En Siberia, la violencia es más soterrada, aunque no perturbadora, lo que significa que tampoco acaba de conseguir el objetivo que plantea. La realidad es que conforme pasa la película está claro que no funciona la historia de amor entre el traficante de diamantes estadounidense y la joven siberiana que regenta un café, algo que al final acaba atascando todo el desarrollo de la película que hoy llega a la salas.
En definitiva, lo que se puede decir es que el ritmo es lento, aunque se captura bastante bien el estado de ánimo ingrávido al que están abocados los personajes de este drama entre convencional y existencialista. Y es quizá este aspecto el que más se puede destacar de este trabajo de Matthew Ross. quim casas
