El ilustrador y diseñador gráfico Isidro Ferrer transforma las salas Goya y Saura del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza en una metafórica calle por la que pasear desde el 2 de octubre hasta 12 de enero de 2019 con la exposición "Esto no es un cartel", en la que muestra 170 carteles y más de un centenar de objetos vinculados a ellos.

Con una trayectoria artística de más de treinta años en la que 25 de ellos Isidro Ferrer (Madrid, 1963) ha estado acompañado por Carlos Grassa Toro, la muestra que comisarian ambos es "muy de paseo".

Porque los carteles expuestos, sin ningún tipo de protección, como si estuvieran a la intemperie y "sin cartelas porque no hay lugar a la explicación", están colocados en orden cronológico a partir del año 2000 y hasta el último, que es el que sirve para publicitar la muestra.

"El cartel hay que leerlo", ha zanjado el artista de origen madrileño y afincado en Aragón desde hace 30 años, sobre la ausencia de cualquier indicación en los carteles tras la presentación de la exposición junto a Grassa Toro y la vicerrectora de Cultura y Proyección Social de la Universidad de Zaragoza, Yolanda Polo.

Grassa Toro ha resaltado que han estado trabajando en la preparación de esta muestra durante un año y "con libertad de creación".

Contaban, ha dicho, con diferentes opciones de planteamiento, como podían ser las temáticas que se abordan, pero finalmente se decantaron por desarrollarla en orden cronológico.

También ha dejado claro que en ella se pueden ver los diferentes momentos que se atraviesan en la creación de la obra con "los devaneos, los titubeos, los avances o los encuentros" del artista y en la que se puede contemplar "todo lo que acompaña el acto creativo".

La gran mayoría de los carteles están acompañados de algunas de las piezas que han servido al artista para la confección definitiva del anuncio.

Isidro Ferrer ha calificado de "regalo" el poder realizar el resultado de su trabajo en un espacio como las salas del Paraninfo universitario, donde ha recordado que en sus pasillos realizó una de sus primeras muestras artísticas.

"Volver al Paraninfo es como volver a mi casa. Es mi lugar de crecimiento con el que mantengo una relación muy profunda y fuerte", ha explicado.

La exposición le motiva tanto porque le permite retomar "el pulso cultural a la ciudad" como porque se trata de un lugar por el que han pasado "artistas muy queridos para mí", según sus palabras.

"Me hace una especial ilusión volver aquí y que sea una muestra de carteles y no una muestra artística", ha dicho.

Ferrer ha recordado que la exposición "Objetos Imposibles", del francés Jacques Carelman, que pudo visitar en este mismo escenario, le permitió "aprender muchas cosas" por la manera en la que se expresaba y "la descontextualización con la que trabajaba en torno al surrealismo", mientras que Grassa Toro ha afirmado que le "cambió la vida".

Ha insistido en que el planteamiento con el que han abordado la muestra ha sido la de acercarla "lo máximo posible a lo que es la calle, por eso los carteles no están protegidos".

"Los carteles son para la calle y no queríamos convertir la muestra en una exposición de obras de arte", ha puntualizado.

Para Grassa Toro, el cartel como medio de comunicación hacia el público pide "una respuesta" y es directo hacia el que lo ve, por eso se establece "una relación sí o sí con la persona".

Además de la exposición, está previsto que salga a la venta un catálogo que es "un libro con 211 carteles", ya que a los 170 que conforman la muestra se incorporan los de los años anteriores al año 2000, y en sus páginas "Isidro Ferrer cuenta cada uno de ellos", ha comentado Grassa Toro.

Por su parte, Yolanda Polo ha apuntado que mantiene la apuesta de organizar exposiciones con artistas de primer nivel y vinculados a Aragón en este espacio universitario y con Isidro Ferrer se abren al diseño y la ilustración tras las anteriores muestras de artistas y fotógrafos.