A sus 68 años y con una carrera fructífera que le ha proporcionado un montón de Oscar y nominaciones, Jack Nicholson sólo tiene ahora un objetivo: ser candidato al amor de Kate Moss, que está saliendo de unos años de vida agitada, y conquistar el premio que para él supone el de la supermodelo, pero sin pasar por vicarías o juzgados.

A Nicholson, que no quiere perder la fama de golfo que siempre ha ido pareja al reconocimiento de su talento, no le asusta nada, ni siquiera los 37 años de experiencia vital que los separan.

El astro y la top model británica --que ha llegado a perder contratos por llevar un estilo de vida, como argumentó la firma Chanel, "demasiado salvaje"-- compartieron preliminares románticos durante una cena íntima en un restaurante de Nueva York llamado Island Spice, especializado en picante cocina caribeña, pero no debieron concretar nada en el encuentro pese a que, tras la cena, ambos se fueron juntos en una limusina.

El actor, en vez de presumir de hazañas inexistentes, le hizo posteriormente un claro comentario a un íntimo amigo. "Existen dos tipos de mujeres: las que quieren acostarse conmigo enseguida y las que quieren darme una bofetada si lo intento". Y, esperanzado, añadió: "Espero que Kate no quiera darme una bofetada".

Pese a la ilusión que tiene Nicholson, cuyas aventuras amorosas recientes incluyen a bellezas como Lara Flynn Boyle y Minnie Drive1 --curiosamente dos actrices que también han sido novias de su colega Harrison Ford--, la supermodelo se está poniendo dura a la hora de ir más allá de compartir una langosta a la luz de las velas. Moss, por el momento ha sido tajante y le ha dicho a un amigo que no tiene intención de irse a la cama con Jack Nicholson.