"Relájate, es sólo sexo". Que Janet Jackson pronuncie con uno de sus susurros la frase al final de uno de los 22 temas de Damita Jo es toda una declaración de intenciones. Gracias a un pezón expuesto ante 90 millones de telespectadores, la imagen de la artista que a mediados de los 80 transformó con Control el R&B es más que nunca la encarnación de las pasiones de la carne. Y Jackson, que durante décadas ha jugado con la ambiguedad de aparente timidez y explícitas letras y movimientos, no va a dejar de explotar el filón.

Lo ha demostrado con ese Damita Jo , su octavo álbum que ella misma define como su trabajo "más sexual y escandaloso". No habría hecho falta la sexplicación : basta escuchar las obvias letras de canciones como Sexhibition , donde hay sexploración , sexaciones y sexplosiones . O las de temas como Moist , donde Jackson deja poco trabajo a la imaginación (Boy, you´re about to make the rain come down ). Basta también mirar la foto de portada del disco: torso desnudo, brazos cruzados sobre el pecho... y una sonrisa.

ICONO DE UNA GUERRA

A los 38 años y convertida en icono de una nueva guerra cultural, Jackson puede sonreír. La publicidad gratuita que generó el pezongate ha funcionado a la perfección. Al día siguiente del "mal funcionamiento de vestuario" en un número con Justin Timberlake que incluso sin pezón había desatado las iras de los vigilantes de la decencia, el primer sencillo del disco, A little while , se convirtió en la canción más radiada en Estados Unidos. Las previsiones hablaban entonces de que el disco superaría el doble platino que consiguió con All for you en el 2001.

Las cosas, sin embargo, no han sido perfectas. La primera semana vendió 381.000 copias, lejos de las 605.000 que cosechó en su estreno All for you . Y por primera vez en varios años y varios discos, Jackson no ha alcanzado el número uno en Billboard . Usher se lo ha puesto imposible. Y esta semana Jackson ha caído hasta el puesto tres por debajo de un recopilatorio de varios artistas.

No quiere decir que se le pueda atribuir un fracaso. Al menos no según Geoff Mayfield, director de las listas de ventas de Billboard . "No puedes tirarle piedras porque no venda como en el 2001 o en 1986. Es difícil para los artistas de pop seguir siendo relevantes. Y a Janet hay que darle crédito por seguir presente en las conversaciones".

Lo ha logrado con un álbum no excesivamente valorado por algunos críticos. El de The New York Times , por ejemplo, asegura que "no es nada más que un disco de pop tímido y seductor".

El de Rolling Stone afirma que "las evidencias de la crisis de personalidad se ven también en la producción (de Damita Jo ), que mezcla a los leales arquitectos de su sonido --Jimmy Jam y Terry Lewis-- con el productor del momento, Kanye West".

Pero, ante todo, y por mucho que Virgin insista en que "Janet está intentando no obsesionarse" con toda la polémica pública, es el escándalo lo que más le está ayudando a mantenerse en el candelero. Es un as que no puede ocultar en ninguna manga. Pero esa baza la está jugando a la perfección.

Primero apareció en su primera entrevista en televisión tras la Super Bowl en el programa nocturno de David Letterman. Unas horas después realizó su primera interpretación tras el escándalo en otro programa que, por si las estrellas de bisutería en los pezones, decidió retransmitir con un bucle de cinco segundos de retardo. Y hace un par de semanas Jackson se convirtió en la estrella del prestigioso espacio satírico Saturday Night Live . Verla transformada en la Asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, mostrando un pecho a los miembros de la comisión del 11-S fue uno de los momentos que contribuyó a que el programa registrara uno de sus mejores índices de audiencia. Jackson, que cantó en ese mismo espacio en play back , otra vez, como siempre, dio que hablar.