El turolense Javier Sierra, que pasó de ser el «patito feo» de su escuela y «niño prodigio de los ovnis» a convertirse en el Dan Brown español, reconoce que haber ganado el premio Planeta le ha afianzado como figura literaria y enmienda los tiempos en los que fue «ninguneado» por sus orígenes.

«Lo que ha habido por parte de la crítica hacia mis libros cuando se convirtieron en best sellers internacionales fue una especie de alejamiento. Se me consideró un outsider, alguien que venía de fuera», cuenta a el autor en Buenos Aires, donde presenta su última obra, El fuego invisible (Planeta).

El también periodista, cuya primera novela, La dama azul, cumple 20 años y la cuarta, La cena secreta (2004) le alzó como el único autor español en llegar al top 10 en EEUU, evoca, con abierta humildad, cómo parte de la prensa le miraba con recelo en sus inicios.

«Por venir del peor de los mundos posibles para ingresar en la literatura, según la crítica, que sería el periodismo, ignorando que probablemente muchos de los grandes genios de la literatura de los últimos años han sido periodistas antes», afirma.

Es por eso que recuerda que durante algunos años se sintió «ninguneado, aunque no menospreciado. «Simplemente no se prestaba atención a mi literatura, quizá eso es lo que ha venido a enmendar el premio Planeta (2017), que me sitúa en una clara tradición literaria», subraya.

Autoconsiderado como el «niño raro» de su colegio porque prefería leer a jugar al fútbol; con 12 años tenía su programa de radio, a los 16 escribía en prensa y con 18 fue fundador de la revista Año Cero, especializada ciencia y pseudociencia. «De alguna manera en mi caso se ha cumplido el famoso cuento del patito feo»; un éxito que pone de manifiesto que «todo el mundo tiene su hueco en el universo».