Después de afrontar el retrato de un mito de terror (La máscara del faraón-Belfegor) , Jean-Paul Salomé ha recreado, como coguionista y realizador, la figura de uno de los más insignes ladrones y seductores de la literatura, y también del cine, Arsenio Lupin.

Salomé, que admitió ayer en Sitges haber devorado durante su adolescencia los folletines del ladrón de guante blanco, ha escogido la primera de las 12 obras escritas por Maurice Leblanc, La condesa de Cagliostro . El personaje femenino del título le va como anillo al dedo a la polifacética Kristin Scott Thomas, que comparte protagonismo con Romain Duris (Una casa de locos ) y Pascal Greggory.

Ars¨ne Lupin se proyectó ayer en la sección competitiva del festival de Sitges, aunque su inclusión en el apartado fantástico sea casi imperceptible porque se trata más bien de una película de aventuras. Es esta ésta producción rica en vestuario y decorados lastrada por una excesiva duración (más de dos horas). Con menos metraje, el filme hubiera quedado más compacto y menos pesado.

Tanto el director como el protagonista de la película (Duris) afirmaron ayer en la presentación que realizaron en Sitges que su propósito era hacer una película de entretenimiento con un héroe que pese a sus ropas de época no debe llamar a engaño: su rebeldía en lucha contra el sistema le convierten, según ellos, en un personaje muy actual.