Jesús Fraile sumido en la dialéctica ficción-realidad

AUTOR: Jesús Fraile

LUGAR: Galería Fernando Latorre

FECHA: Hasta el 31 de julio

Abundando en el efectismo de sus trampantojos visuales, Jesús Fraile (Zaragoza, 1971) afirma que su pintura es superficial y ajena como todo lo que le rodea. Teniendo en cuenta el esfuerzo, al menos de tiempo, que debe de suponerle pintar el complicado engranaje de sus construcciones pictóricas, hemos de considerar que se trata de una ironía.

O simplemente de un juego pueril que, lejos de brindar al espectador la posibilidad de gozar de la superficialidad del cuadro, le exige penetrar en su interior. No hay interior en estas pinturas, por mucho que Fraile se ponga intenso y titule la serie Prefiero el interior .

Todo es puro artificio en la acumulación espacial del amplio registro de imágenes que participan de un equilibrio sólo en apariencia inestable; todo en su pintura se interpenetra, abriéndose a perspectivas imposibles que procuran la convergencia de espacios y tiempos distintos a partir de la yuxtaposición de planos siempre a la deriva, sólo anclados en la solidez de las formas geométricas horadadas.

A la superposición de imágenes de estridente cromatismo se suman los más diversos efectos de transparencias, veladuras e interrelaciones tonales, ya aludidos en su última exposición que tituló Lo maravilloso de esconderse. Con el paso de los años aflojan las referencias inmediatas, precipitadas y siempre superficiales a la pintura de Enrique Larroy, que lejos de favorecerle le perjudican.

Desde aquel esconderse hasta este interior, Fraile parece sentirse cómodo en el vértigo y también en el impacto del incansable flujo de combinaciones imaginarias abiertas a nuevas dimensiones, transitables sólo en apariencia. En el afán del pintor de provocar a través de una mirada relacional la convivencia de múltiples estadios donde se produzca la solución de la dialéctica ficción-realidad en el espacio de la pintura reside el mayor interés de su trabajo.