Jesús Sus Montañés pinta desde hace más de 50 años y además es un reconocido investigador en el campo de la pintura, doctor en Bellas Artes y profesor titular de Pintura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. Aunque normalmente exponga lejos de su ciudad natal, desde principios de este mes hay una muestra suya en el zaragozano Torreón Fortea, titulada La concepción del conjunto. En marzo volverá a hacerlo en Seul.

La exposición está compuesta de una serie de obras a las que atraviesa un mismo concepto pictórico y artístico. «Es la idea opuesta a la concepción por partes, a pintar por partes, que es hacerlo de forma escultórica, una a una de las figuras con detalle, pero sin relación con el fondo, la figura, etc.», transmite el pintor.

Sus Montañés clasifica sus pinturas en tres, aunque es una división flexible: las representaciones que derivan de la percepción, las que derivan de los recuerdos y las que lo hacen de la imaginación. Por supuesto, en algunas obras hay elementos que el artista ha representado directamente de la realidad, pero con elementos que ha inventado. Y en otras mezcla recuerdos e imaginación.

Un punto característico de sus obras es la representación de lugares concurridos, «con gente que se mueve, porque busco la movilidad del color». En la muestra se incluye el lienzo de una tómbola, unos pasajeros en autobús o algunas ferias. «Muchas de mis pinturas las creo con recuerdos», reconoce poco antes de explicar que en muchos de sus cuadros aparece el «principio de subordinación», por el cual uno o varios elementos de la imagen centran la atención de la acción, interactuando entre ellos, mientras que el resto son estáticos y no se relacionan con el resto.

las «mujeres mariposa» / La parte pintada «más desde la imaginación» que desde la realidad llama la atención porque se centra en lo que él llama «mujeres mariposa», que son mujeres en posición frontar posando desnudas con alas de mariposa. «Me fascina el mundo de lo orgánico, y también quiero representar a mujeres desplazadas por la sociedad, desamparadas», asegura, recordando a «muchas chicas orientales que, cuando daba clases en la facultad de Bellas Artes, no tenían a sus familias con ellas».

En cuanto a la técnica utilizada, la define como «pintura realizada con manchas yuxtapuestas, que es opuesto al modelado continuo», asegura. Sus cuadros se componen de muchos trazos gruesos, «llenos de matices en los colores».

El pintor ha publicado seis libros sobre su línea de investigación, trabajo por el que ha sido reconocido por el Ministerio de Educación o la Universidad Autónoma de Barcelona, entre otros. El autor dice admirar su propia fascinación por el color y la forma incluso cuando viaja en el autobús, recuerdos de los que salen cuadros. A pesar de ello, en una de sus investigaciones afirma que tanto el color como la forma no existen. Lo que nos rodea, según él, «son los estímulos, el color y la forma son fenómenos que se engendran en la retina, es algo que se configura en la mente, por eso depende del espectador que está contemplando el cuadro verá una u otra cosa distinta».