Joan Margarit obtuvo ayer el XXVIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el reconocimiento más importante de poesía en español y portugués, dotado con 42.100 euros, que concede Patrimonio Nacional de España y la Universidad de Salamanca. El galardón tiene como objetivo reconocer la obra de un autor vivo que, por su valor literario, constituye una aportación relevante al patrimonio cultural común de Iberoamérica y España.

Un poeta con una obra «inmensa», según aseguró el exdirector del Instituto Cervantes y de la RAE, Víctor García de la Concha, miembro del jurado que otorgó el premio a un autor que «utiliza la poesía como instrumento moral, de pensamiento y vida, de ética y de práctica».

Poeta catalán bilingüe, recordó García de la Concha, Margarit empezó escribiendo en castellano, pero a partir de 1981 comenzó a publicar solo en catalán. Desde finales de los 90 hasta hoy simultanea ambas lenguas, lo que supone «un contacto entre dos sistemas literarios, el catalán y el español», dijo De la Concha.

En este sentido, Margarit argumentó que no conoce un solo poeta que haya escrito en una lengua que no sea la materna: «y la mía es el catalán, pero después hay poemas que surgen en castellano, pero no son nunca una traducción».

Contento y agradecido, Margarit recalcó a Efe que lo más importante en la vida es la cultura, «que es lo que más cuesta de adquirir y lo que menos cuesta de perder». Según Margarit, la cultura y la poesía sirven para las cosas fundamentales, «porque cada vida tiene un punto de desastre» y una herramienta como la que él practica «lo que hace es consolarte, aunque no sea gratis, pero ya de niño me decían que nunca me regalarían nada y ese ha sido mi principal principio».