El canal Odisea estrena el documental 'Gilipollas: la teoría', de John Walker, en exclusiva el próximo miércoles 25 de marzo a las 22.00. El documental está basado en el libro Assholes: a Theory, un 'best seller' de The New York Times' escrito por el profesor y filósofo Aaron James.

El filme, que ya se ha presentado en algunos países, ha tenido una gran acogida del público. Se ha estrenado en un gran número de festivales y está funcionando muy bien: Parece que mucha gente está afectada por este tipo de comportamiento, asegura el director del documental, John Walker en una entrevista a este diario.

El propósito es, en palabras de Walker, mostrar la naturaleza del comportamiento de los gilipollas, cómo afecta negativamente a las personas y cómo aprender a no aceptarlo en nuestras relaciones.

Casos y personajes concretos

El documental está basado en el 'bestseller' homónimo de Aaron James, que es básicamente una teoría sobre el 'comportamiento gilipollas. Para grabar el documental, el Walker quiso dar un paso más mostrando casos de personajes concretos. Como director, yo estaba especialmente interesado en la zona de Silicon Valley área de California en la que están la mayoría de las sedes de las grandes compañías y las fraternidades de las universidades. Ambas son ámbitos en los que existe una 'cultura gilipollas generalizada.

De la misma manera, el documental cuenta con los testimonios de diferentes personas como Paul Purcell, director ejecutivo de Baird una compañía financiera con casi 80.000 millones de dólares de beneficio , que trabaja con una norma antigilipollas en la empresa.Dejamos muy claro con este ejemplo que no hay que ser gilipollas para ser exitoso, explica el director del documental.

Un documental activista

Walker define a los gilipollas como ese tipo de personas que ignoran o tratan con indiferencia a las demás. Para explicarlo mejor, utiliza la metáfora del cumpleaños: En nuestro cumpleaños todos tenemos un sentimiento de privilegio y nos sentimos más importantes que los demás. Para los gilipollas, cada día es su cumpleaños.

Pero John Walker no pretende solamente mostrar cómo detectar el 'comportamiento gilipollas. Dando un toque activista al documental, quiere demostrar que se puede plantar cara a este tipo de personas. El movimiento #Metoo, explica, es un ejemplo de una respuesta a este comportamiento de estos gilipollas que creen tener derechos sobre los demás, en ese caso sobre los cuerpos de las mujeres. Queremos mostrar apoyo a estas acciones que tratan de plantar cara a los gilipollas. También quitarnos el sentimiento de culpa: no es tu culpa tener que aguantar a un gilipollas.

Cuando trabajas en un alto cargo, donde todos los que te rodean apoyan y legitiman tu poder, es mucho más fácil caer en este tipo de comportamiento. De la misma manera, la gente que trabaja para este tipo de personas puede convertirse también en gilipollas. Y no les culpo, a veces puedes sentir que la única manera de conservar el trabajo es adquiriendo esta actitud de gilipollas. El gran gilipollas produce pequeños gilipollas, ese es el problema, asegura Walker.

Otro de los problemas que detecta el director es que muchos gilipollas no son capaces de identificar su comportamiento, ni siquiera si ven el documental. Walker, sin embargo, tiene esperanza en las nuevas generaciones. Espero que aquellos adolescentes que creen que es divertido comportarse como un gilipollas cambien su forma de pensar tras ver el documental.

Aun así, ser gilipollas puede considerarse algo hereditario o, al menos, cultural. Tiene bastante que ver con cómo ha sido educada cada persona. Se trata de algo arraigado a la primera etapa de tu vida: si tus padres te educan para ser un gilipollas, vas a serlo de por vida. Por eso, los hijos de padres gilipollas tienen más posibilidades de convertirse en gilipollas, asegura Walker.

Predominio en los hombres

Asimismo, el comportamiento gilipollas está especialmente arraigado en los hombres. Walker lo explica tomando la definición de James, que define gilipollas como alguien que tiene un sentimiento de superioridad y derecho sobre los demás. En el caso de la actitud de los hombres hacia las mujeres, Walker confirma que existe este tipo de pensamientos.

Pero eso no significa que las mujeres no puedan ser gilipollas. Lo son desde un sentimiento que no tiene que ver con un privilegio sobre los demás. Ese sentimiento de derecho sobre los demás es más común en los hombres, pues es algo cultural que se les enseña desde pequeños, aclara.

El documental también pretende enseñar cómo debemos actuar para asegurarnos de que no estamos siendo gilipollas. Tras verlo seguramente nos preguntemos: ¿yo soy gilipollas? La respuesta será que sí, en algunas ocasiones. Todos tenemos la habilidad de actuar mal en algunos momentos, pero convertirse en un completo gilipollas cada día es otra cosa.

El director abordará todos estos temas y más en Gilipollas: la teoría, que se podrá ver por primera vez en España este miércoles, 25, en el canal de documentales Odisea.