Los Jonas Brothers dieron pie a un fenómeno pop adolescente hará una década, de la mano del Disney Channel y de algunas canciones con propiedades para trascender, aunque fuera solo un poco, y de alcanzar a un público adulto sensible al hit. Lo llamativo es que, en su regreso tras un parón de seis años, una eternidad en la escala teenager, se han encontrado con su público cerrando filas, al que no ofrecen tan solo revival sino material nuevo y motivador, el del álbum Happiness begins, lanzado el pasado junio.

El trío llegó este lunes a Barcelona, donde actuaba por primera vez, con apetito acumulado, las baterías recargadas y luciendo material fresco (10 de las 21 canciones). Espectáculo rico en carisma fraternal, pasarelas, luces de colores, vídeo (macropantalla semicircular como telón de fondo) y estribillos saltarines, como el de Rollercoaster, la canción de apertura, que los hermanos cantaron montados en una plataforma que bajó del techo. El show comenzó 23 minutos tarde, exactamente igual que en Madrid, y el Palau Sant Jordi no se llenó, aunque sus dos tercios de ocupación, muy femeninos y proveedores de intensos cánticos, valieron por un sold out.

HERMANOS AL CUBO

Lo de Jonas Brothers es un asunto a tres bandas, pero se insinuó un cierto liderazgo del pequeño de la familia, Nick Jonas (27 años), que fue el que concentró más intervenciones solistas, con Joe y Kevin arropándole y birlándole momentos de foco. Pero se diría que el trío es algo más que la suma de las partes, y que el atractivo de cada brother crece cuando tiene al lado a los demás. Su menú musical, defendido con el apoyo de cinco instrumentistas y una corista, no tiene secretos: culto al estribillo resultón y una modulación muy suave de registros, del casi-reggae de Only human al rnb sensual de Used to be y el baladismo de Hesitate. Esta la cantaron desde el obligado escenario B, con guitarras acústicas, como Gotta find you, tema que Joe Jonas grabó en la banda sonora de Camp rock, en tiempos de Disney.

Nick ahondó en la pista negra con la notable Jealousy, camino de otra carta propicia, la juguetona Cake by the ocean, que instauró la fiesta en el lugar con la aparición de unos muñecos hinchables que harían feliz a Mika. Éxitos pretéritos acumulados en el tramo final, algunos de ellos agrupados en un medley, coronados por un Burnin up envuelto en llamas y un logro reciente, Sucker, dándonos a entender que la adolescencia puede ser un estado mental del que uno disfrute eternamente.