-¿Qué supone para la formación Mosicaires tocar en un sitio como el Ibón de Asnos?

-Un gran reto, porque además para nosotros hay varias líneas de inspiración y una de ellas es la naturaleza. Estamos en Graus, una zona ya cercana a esas latitudes. El Valle de Isábena es uno de los sitios que nos ha inspirado para varias canciones y diferentes proyectos. El último proyecto, por ejemplo, gira en torno a una aldea en los Pirineos.

Además, su último trabajo ‘El secreto de Iberia impura’ tiene una fuerte inspiración en las zonas rurales de Iberia, el escenario de este Sonna no podía funcionar mejor como extensión de sus temas.

El espectáculo tiene unas líneas que lo vertebran un poco: la despoblación del medio rural, que en el Pirineo hay un montón de pueblos y aldeas abandonadas, el papel de mujer en el Pirineo, una sociedad muy matriarcal y reclamamos la Iberia impura, el mestizaje propio de la cultura tradicional aragonesa. Este festival, un poco heredero de Pirineos Sur, es el escenario perfecto para este proyecto.

-¿Cómo encajan las canciones infantiles o de trabajo con los temas de la despoblación o del papel de la mujer en el mundo rural?

-En la tradición oral, que es de donde nosotros partimos, las canciones infantiles son las que muchas veces han conseguido encontrar de forma prácticamente única vestigios de la riqueza y del uso de una lengua propia.

-‘El secreto de la Iberia impura’ viene acompañado por un cuento ¿de qué manera se complementa con el disco?

-Es una historia inicialmente dedicada a chavales y posteriormente para todo tipo de públicos. La idea era contar una realidad que mucha gente desconoce. Por un lado, la riqueza cultural de Aragón y volviendo a la tradición oral, la gente que se tenía que marchar para poder trabajar o los que venían precisamente para poder trabajar. En la tradición es donde más inspiración hemos encontrado. Por ejemplo, en El romance del refugiado, una de las canciones que acompaña ese cuento, partimos de melodías y letras tradicionales de los Monegros. Nos han permitido ver que ese enlace existe, un enlace con instrumentos que han llegado a nuestras tierras desde en norte de África y desde Europa.

-¿A qué hace referencia la impureza de Iberia?

-Sería algo así como la ínsula barataria de El Quijote, un lugar en el que nosotros reivindicamos esa impureza, esos nexos comunes, por ejemplo, con el norte de Marruecos cuando tocamos un laúd en una rondalla jotera o una gaita de boto muy cercana a cornamusas del pirineo central en la zona francesa. Hay un mestizaje musical que nos lleva a reivindicar ese proyecto.

-¿Buscan en este espectáculo difuminar las líneas en la música?

-Siempre definimos Mosicaires como un accidente en el que nos juntamos gente de orígenes musicales muy distintos, es muy fácil para nosotros difuminarlas. Un artista dijo que las etiquetas musicales son como zapatos que te van pequeños y no te dejan andar.

-¿Se ha personalizado el espectáculo de cara al Ibón de Asnos?

-Se nos ocurrió enseguida adaptar esa historia que vertebra el concierto a la zona, ya que estábamos en ese marco tan adecuado y luego también algunas de las canciones las hemos cambiado porque vamos a algunas zonas donde mejor se ha conservado algunos de los instrumentos tradicionales que más destacan fuera de Aragón como pueden ser el chiflo y el salterio.