Jorge García Pérez se formó en la Escuela María de Ávila. En 2005 tuvo que dejar Zaragoza para iniciar una prometedora carrera profesional lejos de casa; y desde 2011 compagina su labor de bailarín (en los últimos años el principal en el Ballet Theater Basel con sede en Suiza) con una actividad creadora que le ha valido numerosos premios. Estos días ha regresado a casa con la compañía Carta Blanca Dance, dentro del proyecto Cartografía danza, para presentar hoy en el Teatro Principal Convergence -en una única función, a las 20.30 horas-, compuesta por cinco piezas de las que dos son estrenos absolutos, Interrupted cadence; y Swipe, Swipe, esta última en coproducción con el Patronato de Artes Escénicas y de la Imagen de Zaragoza.

Para esta celebración, Jorge García, cuenta con otros artistas de la tierra (o formados aquí), como Julián Juárez Castán (también del Ballet Basel), que estudió en Coppelia Danza y fue bailarín del Ballet de Zaragoza; Andrea Tortosa, que comenzó en María de Ávila; Lydia Caruso, que bailó con La Mov; y Claudia Faci, nieta de María de Ávila.

«DESBORDADO» / Emocionado por subirse a las tablas del Teatro Principal y por volver a su ciudad natal, Jorge García aseguró sentirse «desbordado» ya que para él «es un sueño hecho realidad porque nunca pensé en volver a bailar aquí». Por eso, manifestó que la iniciativa del consistorio, Cartografía danza, sirve para que la ciudad «se sienta orgullosa de nosotros» y también para «crear algo juntos».

Eso es también lo que presenta esta noche, Convergence, «porque Julián y yo no nos conocíamos cuando estábamos aquí y ahora venimos juntos»; y es «un orgullo bailar para la gente de aquí, volver a mi escuela y enseñar todo lo que pueda». Por eso, la obra que presentan en el Principal no se compone solo de «dos o tres coreografías», sino que Jorge García expone, junto al grupo de bailarines que le acompañan, todo lo aprendido hasta el momento, siendo una muestra de lo que los bailarines formados en Zaragoza aportan a la danza europea del siglo XXI.

Carta Blanca es la compañía que Jorge García Pérez ha creado de forma paralela a su labor en el Ballet Theater Basel, en su tiempo libre, el poco que le dejan los ensayos. Convergence se compone de seis coreografías, Le sacre du printems, de Richard Wherlock; Interrupted cadence, estreno mundial, de Mara Galeazzi, que baila el propio García Pérez; Tempus fugit, de Johan Inger; Traviata pas de deux, de Richard Wherlock; Distorted Seasons, y Swipe Swipe -estreno mundial y ambas de García Pérez-, donde también baila Julián Juárez, quien señaló que es «un placer estar de vuelta» y quiso agradecer «este proyecto que surge de las sinergias y de la ilusión», dijo el bailarín, quien se encarga también del diseño de luces.

En la presentación estuvo presente Claudia Faci, quien no dudó en señalar que «pese a que no pertenezco a su generación (la de García Pérez, al que conoce desde niño) ni estoy profesionalmente inscrita en lo que hacen, cuando me propuso colaborar en la pieza, no me lo pensé, hubiera hecho cualquier cosa que me hubiera propuesto». Colabora en Swipe, Swipe como actriz y textos.

Por su parte, Fernando Rivarés, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza; y Víctor López Carbajales, director del Patronato de Artes Escénicas, pusieron en valor Cartografía Danza (Carta Blanca es la primera propuesta hecha realidad), que supone «dibujar un plano, real, físico y emocional de bailarines de aquí o formados aquí para que vuelvan presentar sus espectáculo», señaló Rivarés, quien indicó que sirve también «para crear contactos con sus compañías actuales». La siguiente será el 16 de septiembre, con el Ballet Nacional de Marsella y los zaragozanos, Andrés Gracia y Alejandro Longines.