Tres destacados retratos, sobre el cura aragonés que fue secretario de Durruti, sobre el anarquista de Munébrega Justo Bueno y sobre otro superviviente en el famoso fusilamiento de Sánchez Mazas, sirven de pórtico a la bibliografía comentada de la Guerra Civil en Aragón (1936-1949) reunida por José Luis Melero en su obra Los libros de la Guerra (Rolde) que se presenta hoy (20.00 horas) en el salón de actos de la Facultad de Económicas de Zaragoza.

Bibliófilo confeso, y autor de unas memorias tituladas Leer para contarlo (BArC), José Luis Melero ha reunido 128 libros coetáneos a la guerra y la inmediata posguerra escritos por aragoneses o que versan sobre Aragón y "comentarlos con libertad y sin prejuicios". El autor ha tenido cuidado de dejar fuera de su selección a los más conocidos, como el famoso Homenaje a Cataluña de Orwell, o Crónica del pueblo en armas y otros libros de Sender, para mostrar "los libros más raros, los más inencontrables, los más singulares", explica el autor.

De esta forma José Luis Melero nos adentra por un bosque lleno de sorpresas, algunas espeluznantes, y relata las reticencias de Florentino Asensio en la primavera del año 1936 para aceptar su nombramiento como obispo de Barbastro, barruntando su muerte sucedida en agosto. O la presencia de Antonio Guiu en el balcón del ayuntamiento de Caspe, ante su madre, horriblemente torturado antes de ser colocado frente al pelotón de fusilamiento.

Aparecen en paralelo elementos de farsa como las donaciones de Adolfo Capella al bando nacional con las que montaba exposiciones, registradas en un libro junto a sus poesías y cuentos, al que Melero designa como uno de los aragoneses más extravagantes y estrafalarios de todos los tiempos.

En una entrevista de El Tebib Arrumi a Franco sobre Belchite, el periodista llega a afirmar que La mirada de Franco relampaguea...adquiere su mirar unos centelleos, un deslumbre que atrae, capta y fija los mirares ajenos.... Un chófer de camión deja abandonado un cadáver en la carretera tras observar que sus manos no están encallecidas por el trabajo.

A un cura se le absuelve en cuanto a hombre, pero se le condena a muerte como sacerdote que eres... Otro cura, en Siétamo, disparaba incesantemente su fusil sin cuidar de prestar su auxilio espiritual a los fascistas que morían. O el relato, a todas luces apócrifo, de que a Azaña niño le castigaban los frailes de El Escorial con la obligación de dar un beso a su madre cuando le visitaba.

Belchite, Teruel, el cerco de Huesca... "después de los años 40 se han publicado infinidad de libros sobre la guerra, pero éstos son los que muy poca gente ha visto. He tenido que buscarlos por muchas bibliotecas", asegura José Luis Melero, quien inició una colección con medio centenar de libros hasta llegar a los 128 que reseña, de los que ha leído "todos, excepto uno, publicado en Cuba por un ex sargento del ejército popular, que se llamaba Ramón Cuervo Galán. No se encuentra por ninguna parte, pero existe", declara. Sólo una treintena de los libros pertenece al bando republicano, lo que da idea del resultado final de aquella contienda. José Antonio Labordeta y Miguel Mena presentarán la obra.