Miguel Ángel Berna, bailarín y coreógrafo ha dedicado su vida al estudio de la jota y el folklore. Sin renegar y respetando la tradición ha intentado deshacerse de los tópicos y prejuicios que nos rodean, con el fin de contar otra historia más actual. Desde la investigación y observación, ha tomado esto como un arte y ha desarrollado la tarea de depurar, hacer bello y grandioso el baile que nos representa, la jota, tratándolo de adaptarlo a la sociedad contemporánea y llevándolo por los escenarios más importantes del mundo: Japón, Cuba, Estados Unidos, Francia, Italia, Israel, Grecia, Reino Unido etc. Desde hoy y hasta el domingo en la sala Mozart del Auditorio (hoy y mañana, 21 horas; domingo, 19 horas) presenta su nuevo espectáculo que, sin embargo, lleva un título tan evidente como rotundo, Jota.

En esta búsqueda de fusionar lo tradicional y lo moderno, busca la complicidad del público: «Miramos para atrás pero necesitamos que las nuevas generaciones pongan en alza el trabajo que se está haciendo», expresaba el bailarín cuando presentó su montaje. una «propuesta arriesgada» de música en directo, baile, audiovisual y trabajo a través de los símbolos. Una puesta en escena para la que el bailarín contará con la dirección musical de Alberto Artigas y con la voz del jotero Nacho del Río, que lleva más de cinco años trabajando con Berna, y que tiene claro que se une «para sumar» al espectáculo.

La nueva propuesta no pretende, en palabras de Berna, «modernizar ni actualizar nada» ya que «estamos viviendo en el presente pero tenemos una necesidad de transmitir los valores que nos han transmitido», con lo que el espectáculo va desde las jotas más tradicionales «hasta experimientos», pero sin perder la esencia.