--Love of lesbian es igual a bipolaridad, ¿qué opina?

--También podría ser dualidad. En algún caso nos han atacado por definirnos así, por su relación con la enfermedad mental. Tiene que ver con las dos caras de una persona, con la doble vida que tenemos de intentar hacer el tema más carnavalesco e histriónico y el tema más trágico, personal e introspectivo.

--Llegan a Zaragoza con Espejos y espejismos, ¿cómo es este espectáculo?

--Intentamos que sea un puente entre un concierto y una obra de teatro, sin llegar a serlo. En algunos momentos es un videoclip en directo con títeres y sombras chinas. Todo el escenario está repleto de cajas de cartón que simbolizan un almacén de memoria que poco a poco van mutando. Espejos y espejismos nació con la idea de reivindicar ese lado que estos años habíamos dejado un poco de lado. Recoge las canciones que no caben dentro del repertorio de los festivales, que pasan desapercibidas y tienen mucho peso para nosotros.

--Sacaron su último disco en 2012. Ya no hace falta editar trabajo para girar, ¿está cambiando el modelo?

--Hemos intentado salir un poco de la rueda perversa de disco-gira-disco-gira y cuando acabamos la gira La noche eterna. Los días no vividos decidimos hacer algo que no habíamos hecho hasta la fecha. Este verano hicimos repertorio de festivales solo con las canciones festivaleras y esta gira solo es el repertorio introspectivo. Eso no lo podíamos hacer si estábamos con material nuevo. Hay grupos que están lanzando otro tipo de modelos. Por ejemplo, La Pegatina saca canciones, las cuelga en internet y se va de gira. Pero nosotros tenemos la necesidad de plasmarlo en un disco, incluso de darle un sentido sin que sea todo muy sesudo y conceptual.

--En España proliferan grupos cercanos al estilo de Love of lesbian como La habitación roja, Dorian, Delafé, Sidonie... ¿Piensa que algo diferente se está convirtiendo en algo predominante?

--No sé, los grupos nos retroalimentamos. Yo no veo la similitud entre Delafé y nosotros. Sí que hay unos puntos en común con Sidonie, pero también hay una vasta distancia entre nosotros. Pero sí, al final somos grupos que pasamos por las mismas salas, por las mismas revistas y radios. Yo recuerdo que cuando no éramos un grupo reconocido y veía el éxito que tenían Los planetas, sabía que eso nos iba a facilitar las cosas porque de algún modo, cuanto más éxito tengan grupos como Dorian y Vetusta más se adaptan a los oídos del público.

--Parece que la etiqueta indie está de moda...

--Muchos de los que están dentro de la etiqueta no tienen nada de independientes. De momento seguimos creyendo que, a pesar de que a nosotros tampoco nos sienta muy bien la etiqueta independiente, seguimos gestionando nuestro tiempo, decimos cuando y cómo va a salir el disco, seguimos trabajando con una compañía pequeña de Barcelona y de momento no hemos fichado por una multinacional.

--Comenzaron con una música de sabor british más cercana al rock sosegado y a la psicodelia, ¿cómo se evoluciona al estilo actual más popero y desenfadado en español?

--La gran diferencia fue el cambio al castellano. Cuando empezamos utilizábamos unos patrones de la música anglosajona y que estábamos experimentando. En un momento nos dimos cuenta de que cantar en inglés era una chorrada porque las letras no las entendíamos ni nosotros mismos. Ahora son canciones más poperas pero este último disco es más oscuro, con guitarras más afiladas y sintetizadores más contundentes.

--2015 lo reservan para componer, ¿algunas pinceladas del nuevo disco?

--Nos gustaría abandonar esa dualidad de la que hacemos gala. La idea es tocar una sola de las caras. Ya tenemos el título del disco y la persona que nos va a hacer la portada, que saldrá seguramente a principios de 2016, pero todavía no tenemos las canciones.