Justo Gil «no tiene vocación de estafador, la vida le convierte a ello y el único resquicio que le da el Régimen es ser confidente». Es Barcelona en los años 60, en plena época franquista y el que habla es el aragonés Ignacio Martínez de Pisón, autor de El día de mañana, novela protagonizada por el propio Justo Gil que Mariano Barroso acaba de convertir en una serie de seis capítulos que estrenó la semana pasada Movistar+. Ambos protagonizaron ayer en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza una nueva edición de La buena estrella, ciclo dirigido por Luis Alegre.

«Casi todo lo que compone en la serie está en la novela», explicó Barroso en lo que fue casi una conversación con Martínez de Pisón, que se mostró «entusiasmado» del resultado y que explicó: «Se ha estilizado la historia de amor de la chica que en la novela era enfermiza y trágica, en la serie la chica sigue enamorada y no es hasta que muere su tía cuando recupera su vida».

Barroso, que recordó que su madre es aragonesa, se fijó en la novela de Martínez de Pisón «por el estudio complejo que siempre tienen los personajes en sus novelas, porque se aborda una época que me impactó de lleno (Barroso se fue de Barcelona precisamente en los años 60) y porque, aunque tiene una estructura difícil era muy llamativa para una serie», señaló el director que defendió que «es una historia muy amplia para condensar en una película». «Es que si fuera un largometraje sería muy raro -replicó Martínez de Pisón- porque hay demasiados personajes e historias y habría carecido de sentido».

EL AÑO, UNIDAD DE TIEMPO / De hecho, cada capítulo está dedicado a un año «para utilizar como unidad el tiempo», señaló Barroso mientras que Martínez de Pisón resaltó «que las series permiten el uso de elipsis que dan una lógica narrativa». Para realizar este trabajo, Barroso indicó que «todas las posibles adaptaciones de la novela serían diferentes, para hacerlas se eligen historias y se descartan otras. Aquí hemos elegido dos ejes narrativos, una historia de amor y el hecho de que es confidente de la policía».

Uno de los aspectos en los que la serie marca algo de diferencia con la novela es el tratamiento del propio protagonista: «Es menos siniestro, aquí quiere arreglar lo que ha estropeado en todo momento, es un personaje ambiguo al que quieres y detestas casi a la vez», resaltó Martínez de Pisón al que Mariano Barroso completó: «Es un superviviente. Todos los personajes que aparecen están convencidos de que están haciendo el bien y lo único es dónde marcas los límites de lo moral».

VIOLENCIA POLÍTICA / Todo en una época en la que Justo Gil llega a una Barcelona oscura donde la «violencia política era habitual» pero que para él es Nueva York: «Es que es su territorio de los sueños, el lugar donde se hace posible todo lo que aspira a ser porque él es un entusiasta. Él emigra desde un pueblo aragonés para tratar de salvar a su madre pero pronto se da cuenta de su capacidad para hacer dinero en la jungla que se encuentra en Barcelona», dijo Barroso. «En la novela, emigraba desde los Pirineos, es el típico aragonés que llega a Barcelona huyendo de la provincia, lo que ha ocurrido en Aragón en los últimos 100 años», le completó Ignacio Martínez de Pisón. La serie se puede ver bajo demanda desde el pasado viernes en Movistar+.