La rehabilitación del Edificio Valle de Tena de Panticosa, un antiguo hotel, para ser convertido en viviendas por el estudio de la arquitecta Marie Claude Tourillon, ha sido merecedor por unanimidad del Premio García Mercadal de Arquitectura. Un galardón que otorga el Colegio de Arquitectos de Aragón y cuyo fallo fue el día 5 de octubre, fecha en la que se conmemoraba el Día Mundial de la Arquitectura.

El premio, que llega a su XXXV edición y es el más prestigioso de cuantos se otorgan en Aragón en este sector, pospone sine die su entrega, dada la actual situación sanitaria por el coronavirus.

El proyecto del estudio de Marie Claude Tourillon, que convirtió el viejo hotel en un edificio de nueve viviendas, trasteros y una pérgola de aparcamiento, fue premiado «por la claridad de la resolución formal que transforma un edificio existente, con relativos atributos arquitectónicos, en una pieza de gran calidad arquitectónica, capaz de realzar el espacio urbano de Panticosa mediante inteligentes operaciones que transforman fachadas y accesos, rearticulan la relación entre los dos volúmenes principales, cubren los espacios adyacentes con ingeniosas e integradas marquesinas, y producen el pequeño milagro -como toda la buena arquitectura- de borrar de la memoria el estado previo hasta hacer inimaginable que pudiera haber sido distinto», según el acta del jurado.

MODERNO PERO CON RESPETO / Marie Claude Tourillon, de ascendencia francófona, «pero de Canadá, de Quebec», como ella puntualiza, mostraba ayer su ilusión por el premio, «pues trabajamos mucho en el Pirineo y nos hace ilusión que se reconozca este proyecto contemporáneo y moderno al que hemos tenido que ceñirnos dentro de los parámetros que nos condiciona la zona, tanto de estética como de materiales, y no siempre es fácil», señala.

De hecho, la arquitecta apunta que en otras ocasiones esos trabajos de rehabilitación de edificios antiguos «si se logran en el interior, pero en este caso hemos tenido que explorar otras soluciones para el aspecto exterior».

Así, el viejo edificio «que estaba obsoleto en instalaciones, estética y a nivel técnico», no fue demolido y levantado de nuevo, «sino que optamos por conservarlo y transformarlo para darle una nueva vida», comenta Marie Claude Tourillon. Una concepción de trabajo en el Pirineo que engarza perfectamente con la petición que los arquitectos españoles hacían ayer con motivo del Día Mundial, en la que destacaban «el valor de la arquitectura para mejorar la vida de las personas, lograr una sociedad más sostenible y contribuir al reequilibrio medioambiental en el actual escenario de emergencia climática».

Ante esta declaración de principios de la profesión, Marie Claude Tourillon, decía ayer que «con mis proyectos no voy a cambiar el mundo, pero sí que cada uno de nosotros, desde su ámbito, podemos poner nuestro grano de arena, y también la arquitectura. El uso de determinados materiales, la conservación en lugar de tirar el edificio como hemos hecho en Panticosa son pequeños gestos en este proyecto premiado que van en esa dirección, y más en una zona como el Pirineo».

Además del premio a la rehabilitación del Edificio Valle de Tena por Marie Claude Tourillon, el jurado también otorgó varias menciones especiales y accésit en distintas categorías.

El jurado estuvo formado por Joaquín Navarro Trallero como presidente, Iñaki Alday Sanz, Felipe Munuera Gil, María Felipe Caparrós, Tomás Ibáñez Anechina, y Luis Franco Lahoz como vocales. Como secretaria actuó Adriana Marín Martínez. H