Nada más preguntarle por su nombramiento le puede la sinceridad: «Mira que a lo largo de mi vida he tenido muchos cargos fruto de mi larga actividad en la política pero el de presidente del Patronato de la Fundación Santa María de Albarracín es de los que más me ha llamado la atención y el que más me gusta». El que habla es José Ángel Biel que el jueves volvió a ser nombrado presidente de la fundación (ya ostentó el cargo desde el año 1999 hasta el 2015), algo que le produce satisfacción: «Estoy encantado porque es una fundación de gran prestigio que hace cosas estupendas y afronta un gran reto por delante», señala Biel.

«Estamos ante la celebración del 25º aniversario desde la creación de la fundación y ya estamos en la preparación de muchas cosas. Es impresionante lo que se ha hecho en Albarracín durante todo este tiempo». De hecho, Biel tiene claro que la creación de esta fundación «marcó un antes y un después en la ciudad turolense. Supuso un cambio total. Aunque antes se habían hecho cosas desde entonces se ha invertido mucho. Yo recuerdo que destinábamos 300.000 euros al año y teníamos la ventaja de que gracias a la gestión del equipo de Antonio Jiménez por cada euro que invertíamos se rentabilizaban como dos, algo que a nivel empresarial hubiera sido imposible. Yo recuerdo ir a inaugurar restauraciones de la fundación y con la obra terminada pensar que había costado el doble», rememora Biel de su anterior etapa como presidente del patronato: «Se hicieron muchas cosas y estoy muy congratulado de que vuelvan a confiar en mí… De 24 años de la fundación, en 16 he sido yo el presidente del patronato».

Entre las próximas actividades de la fundación, Biel señala el que será uno de los más importantes, «la inauguración en septiembre de la restauración de la catedral de Albarracín» y «unas jornadas contra la despoblación muy importantes que ya se están preparando».

Biel, aunque ya está jubilado de la política, no rehúye la cuestión y tiene muy claro que «si la Fundación Santa María de Albarracín existe es porque Aragón tiene autonomía, sin ella no se hubiera creado, es un ejemplo de las cosas bien hechas gracias al autogobierno de Aragón y eso hay que defenderlo, como Motorland, Dinópolis o el aeropuerto de Teruel. Ahora que todo el mundo habla de solucionar el problema de la despoblación hay una solución muy clara, la estatutaria. Hay que incluir la despoblación como factor de prioridad a la hora de la financiación por encima del criterio de lo más poblado. Se dice que va a haber un Ministerio contra la despoblación, pues para que funcione su presupuesto debería ser la tercera parte que la suma de todos los demás ministerios si no no dejará de ser un organismo transversal con ideas pero sin fondos».

Y es ahí cuando José Ángel Biel resalta la labor del Gobierno de Aragón: «La fundación es un pequeño ejemplo, en Teruel se han hecho las cosas muy bien gracias a la autonomía y hay que decirlo porque el que ha fallado siempre ha sido el Estado central que cuando promete hacer una obra tarda cinco lustros en ejecutarla», concluye José Ángel Biel esperanzado en su nueva etapa en la fundación.