«Pegarse una charradica con nosotros, tomar una cerveza y disfrutar de alguna de las canciones». Esa es la excusa con la que Las Novias (Toño Leza, Óskar Díez, Pedro García y German Arenaz) organizaron anoche en el Rock and blues de Zaragoza, la fiesta de presentación de XXX, un doble en directo con 22 canciones y dos horas y pico de cedé, con el que celebran sus 30 años de trayectoria. Toño Leza, el vocalista, charló con este diario horas antes de la presentación.

-‘XXX’ es un disco en directo grabado en la sala Changó de Madrid en 2016. ¿Por qué ahora?

-Era algo que siempre nos habían reclamando tanto los fans como la gente que nos lleva el tema de conciertos en Madrid, un colectivo que se llama Melodías de sombras. La gente nos decía: «Tenéis unos directos muy buenos, muy intensos y podría quedar bien el grabarlo». Se vio la posibilidad de grabar un deuvedé pero al final por motivos técnicos no nos dejó satisfechos, pero el sonido había quedado tan bien que vimos una puerta abierta para sacar un doble cedé que sirve a la vez de recopilatorio de nuestra trayectoria. La gente que ya lo ha comprado dice que les encanta y que sigue la línea nuestra, muy cuidado en todos los niveles, tanto en producción como la portada, que son tres golpes por los 30 años.

-¿Cómo fue la elección del repertorio, porque hay dos épocas muy diferentes en Las Novias?

-Claro. Elegimos cuatro o cinco de cada disco, canciones que no habíamos tocado tanto, sobre todo de los primeros, como es el caso de La verdad de los locos, pero teníamos muy claro que iba a ser disco que diera rienda suelta a las canciones que más gustan a la gente y más piden en los conciertos. Abrimos el cedé con una canción clásica, Robar el cielo, que siempre dejamos para el final porque es muy intensa y una de las primeras que compuso el grupo, con lo cual todo el mundo se la sabe de memoria, pero abrimos esa noche de una manera semiacústica y luego va ganando intensidad y quedó muy bien. El repertorio se eligió pensando en la gente, en lo que les podía gustar y sobre todo en los tiempos que daba margen el concierto en dos horas y pico, porque si no lo planificas e hilvanas muy bien pues puedes caer en auténticos desasosiegos. Nosotros cuidamos muy bien los tiempos medios de las canciones y faltaba estructurar las canciones más lentas y las más rápidas, así que fue coser y cantar.

-¿Qué tienen Las Novias para tener un público tan fiel y ser los únicos de aquel concierto mítico de 1991 con Niños del Brasil y Héroes del Silencio, que sigue en activo y juntos?

-La verdad es que nos sentimos un grupo afortunadísmo en cuanto a los seguidores. Pertenecemos a una época en la que la música era concebida como si fuese un ritual. Estamos hablando de una época en la que no había internet. Somos de los 80, y entonces confeccionábamos fancines y los fans los coleccionaban.

-Y había casetes.

-Efectivamente, ibas a los programas de radio y colocabas las casetes o ibas por los bares y te las pinchaban. Eso ha hecho que la gente de entonces sea muy fiel porque han visto lo que costaba salir adelante y eso ha hecho que la gente nos vea como modelo de coraje y voluntad, y que para nosotros la música no es solo postureo sino dedicación, el alma de nuestras vidas. Con los fans pasa lo mismo, te das cuenta de que gente que estuvo en aquel concierto en La Romareda, te sigue, indaga en las redes o viene a conciertos; pero generacionalmente hay unos hijos, unos sobrinos, que entonces eran unos renacuajos y que ahora a través de esos padres o tíos han seguido enganchados al grupo. Si hubiéramos sido más dispersos, sin tanta voluntad, si hubiéramos sido como el Guadiana... la gente sabe cuales son nuestros ciclos, nuestra manera de funcionar ahora, que sacamos discos cuando a nosotros nos viene bien, porque claro tenemos trabajo, familia... saben que no tenemos dedicación exclusiva con la música, y por eso aún lo valoran más, porque ven en cada obra que sacas un tesoro renacentista.

-¿Cómo han cambiado en estos 30 años?

-(risas) Huelga decir que físicamente mucho.

-¿Y musicalmente?

-Seguimos escuchando la música que nos ha gustado siempre, y a partir de ahí tiendes a hacer las canciones de manera más peculiar. Antes igual te dejabas llevar por modas pero te das cuenta que todo es perentorio, lo que interesa es hacer la música que a ti te gusta y que te llena.

-Anoche en Zaragoza; el 7 de abril en Madrid... ¿Y luego?

-El 5 de mayo en Barcelona… esos dos conciertos están encuadrados del 25º aniversario de nuestro primer disco, Sueños en Blanco y Negro. Sabíamos que después del concierto de Zaragoza, los contactos de Madrid y Barcelona se nos iban a tirar al cuello, y que nos iban a decir que lo llevásemos para allí y así ocurrió. Con ellos cerramos el ciclo y y luego ya nos encerraremos en el local a preparar canciones nuevas para el siguiente disco de estudio que saldrá cuando veamos que todo está para entrar en la cocina.