«Alas muestras de cine ¿por qué no ponerles etiquetas? El fútbol tiene todos los espacios del mundo. Sabemos que son de Primera, de Segunda, de alevines, la rodilla de no se quién...», asegura Kiti Manver, para luego apostillar: «Las etiquetas si sirven para que a la gente le entre la curiosidad y vea una película, mejor. Lo importante no son las etiquetas sino el contenido». La actriz asistió ayer a la inauguración de Zinentiendo, la muestra de cine LGTBQI, que tuvo lugar en el Teatro del Mercado; donde se proyectó Las heridas del viento, de Juan Carlos Rubio, donde comparte protagonismo con Daniel Muriel.

En ella interpreta a un hombre «que ha decidido vivir un amor imposible con una entrega absoluta hacia algo que él quiere pero que nunca se manifiesta; siempre está conteniendo la emoción», asegura Manver. «Es un personaje que siempre está manipulando al otro (Muriel), tiene una frase que dice mucho y es ‘no tan rápido’ porque no quiere la rapidez de ese chico que quiere saber enseguida qué pasó entre su padre y él, porque se ha hecho una historia en su cabeza que no es tal, y solo al final se sabe el por qué de todo eso, que es sorprendente», reconoció.

Manver y Muriel protagonizaron Las heridas del viento primero en teatro durante temporadas y «una de las cosas maravillosas que tiene este personaje es que se lo cuenta todo al público, porque en la película también, porque miramos al objetivo, que es nuestro espectador».

Interpretar a un hombre surgió «primero de la investigación, desde el menos es más, de ir a la esencia y después, la composición física vino por añadidura. Para Manver, meterse en la piel de Juan ha sido «un privilegio que tienen pocas actrices a una edad... no solo por hacer de hombre, si no por el trabajo, que comenzó con un work progress, con lo cual hemos tenido público desde el primer día de ensayos, lo cual es un vértigo total», aseguró. Y es que «la incomodidad, todo lo que no es cómodo, salir fuera del famoso sitio de confort siepre es bueno para la creatividad y eso para mí ha sido un regalo», dijo. El año que viene cumple 50 años en la profesión y «hay cierto peligro de echar mano del oficio y terminar haciendo un cliché de ti misma pero yo siempre he tratado de hacer cosas diferentes».

A lo largo de ese medio siglo ha trabajado con «gente impresionante», como Pedro Almodóvar, Miguel Narros, el propio Juan Carlos Rubio o Enrique Urbizu, que fue quien «cambió mi forma de trabajar con los directores porque yo iba con todo trabajado de forma hermética, pero él me hizo ver que ese personaje no era el que él quería y menos mal que le hice caso porque me valió un goya; y es que siempre hay que tener actitud de aprender». Y lo sigue haciendo con los jóvenes porque «he descubierto, sobre todo en las cosas de la tele, el talentazo y la preparación que tienen los directores jóvenes».

Kiti Manver no para de trabajar. Está de promoción con Las heridas del viento, a punto de rodar la última película de Marina Seresesky, junto a Carmen Machi y Pepón Nieto; sigue produciendo obras de teatro, aparece en varias series de televisión; y protagoniza la obra de teatro, también dirigida por Juan Carlos Rubio, Sensible, donde comparte protagonismo con Chevi Muraday. «Es lo más difícil que he hecho en mi vida»; lo que es mucho decir.