-¿Qué es Con lo bien que estábamos?

-Carmen Barrantes: Es una historia de amor entre dos comerciantes…

-Jorge Usón: Un homenaje a la clase media, a los comerciantes, a la vida, al arte. Es teatro con música, con momentos de terror y tragedia como las grandes comedias y es un cóctel de emoción y de poesía. Con lo bien que estábamos ha sido lo que el teatro nos ha pedido, un trabajo de investigación de seis meses con José Troncoso a la cabeza, que ha sido el médium de un espectáculo que el teatro estaba reclamando y nosotros hemos intentado quitarnos de en medio y no molestar o molestar lo mínimo posible en esta hoguera expresiva hecha con muchos materiales.

-C. B.: ¿Sabes qué pasa? Que el teatro tiene magia y tiene cosas y en este espectáculo mientras estábamos ensayando han pasado cosas muy mágicas, inexplicables y misteriosas y también se habla aquí de ese misterio de la vida.

-Es un espectáculo muy exigente a todos los niveles para los actores…

-J. U.: Nos hemos metido en un desafío hermoso que reclama mucha exigencia física y también mental.

-C. B.: Requiere mucha concentración, no puedes escaparte ni medio segundo porque tienes que estar en cuerpo y alma y nunca mejor dicho.

-J. U.: Y es un espectáculo que está en el filo de la navaja, estás a punto de pasarte y ser otra cosa, puede cambiar de estilo en cualquier momento. Por eso, si algo tiene este espectáculo es que es inclasificable.

-¿Estrenarlo en el Teatro Principal es un premio?

-C. B.: Hay que agradecer que ha habido un empujón muy fuerte por parte del Patronato de las Artes Escénicas y fue el que nos ha empujado a hacerlo. Los procesos suelen ser al revés, te pones a trabajar y buscas a alguien que te ayude y aquí ha sido al contrario, nos han empujado a trabajar, nos hemos puesto a ello y hemos apostado igual de fuerte que ellos. Lo normal no es estrenar en el Principal en el Pilar.

-J. U.: Que una compañía aragonesa pueda estrenar en su tierra es gracias a la gestión cultural que está haciendo el Ayuntamiento de Zaragoza y, en concreto, el patronato. Hemos querido dar todo lo que tenemos para hacer esto. Salimos a corazón abierto, nosotros y todos los profesionales a los que hemos llamado o se han hecho encontrar para este proyecto. Tenemos una directora de producción de las más brillantes de España y es de Zaragoza, Amelia Hernández, Iñaki Villuendas en el diseño del cartel, Javier Macipe, Jorge Fuembuena, Ana Bruned con el maquillaje… todos ellos aragoneses. Y en el núcleo duro destacar a José Troncoso que aunque es muy joven es un director brillante, en un momento sembrado y Mariano Marín que le avala su currículum, 30 años haciendo películas y teatro desde el piano. Nos hemos inventado algo de cero.

-C. B.: Partíamos de un folio en blanco.

-¿Cómo ha sido ese proceso?

-J. U.: Hemos estado seis meses entrenando en el Teatro Español, que nos ha echado una mano muy importante. Hemos estado haciendo improvisaciones, ejercicios dirigidos por nosotros y el espectáculo se iba haciendo. Como decía Miguel Ángel con respecto a la piedra, iba escupiendo lo que no quería, hemos quitado chistecitos, las ocurrencias, los narcisismos del director, compositor y actores, no hay nada impuesto, nos hemos quitado de en medio como el que busca oro en el río para encontrar las pepitas más valiosas que van componiendo este trabajo de orfebrería que es Con lo bien que estábamos.

-C. B.: Es un trabajo artesanal y la artesanía son muchas horas.

-J. U.: Ya nadie ensaya seis meses hoy... Si a alguien servimos es al teatro.

-¿En una obra tan exigente, está más vigente que nunca la maldición del teatro en la que cada día hay que empezar de cero?

-C. B.: Pero lo bueno es eso, que tienes una segunda vuelta, es un ring de boxeo, tú sales, te tiran pero tienes otro round, algo que no pasa en el cine o en la televisión, que se queda y lo ves al cabo del tiempo y dices, ay, dios mío, no hay revancha. Aquí sí puedes salir de nuevo a pelear.

-J. U.: Sería duro si hay que salir a demostrar pero aquí no, no hay que demostrar, hay que hacer y quitarse de en medio. Y te diré que a mí como actor de teatro, la repetición me encanta, que cada día parezca la primera y última vez que se hace la función es una de las cosas más maravillosas que te da este trabajo.

-Es casi hasta absurda esta pregunta con la trayectoria que les avala pero, ¿cómo es la relación entre Jorge Usón y Carmen Barrantes?

-C. B.: Hemos llegado a un grado de confianza y complicidad que el director nos decía el otro día que no hacía falta trabajar eso porque ya lo teníamos y significa un porcentaje muy alto sobre el que se basa todo. Luego ya se ha mezclado negocio, amor… y aún seguimos. Ha sido un reto coger un folio en blanco, que te da vértigo y pavor, y nos hemos tirado a trabajar juntos de la mano.

-J. U.: Nos queremos profundamente. Yo la conozco a ella y ella a mí y queremos seguir siendo una unión. Confío plenamente en ella como si fuera yo y ella tiene unas virtudes y unos defectos que a mí me van muy bien para mis virtudes y mis defectos. Y en eso somos inquebrantables, nos sostiene el teatro y el amor de amigos.

-¿Habrá gira del espectáculo?

-J. U.: Tenemos una distribuidora muy potente a nivel nacional, Emilia Yagüe, y ella cree en el espectáculo. Ya lo ha visto y confiamos en no solo recorrer España sino viajar por Latinoamérica, contamos con la estela de La extinta poética, también de la compañía, que va a tener una singladura internacional y esperemos que esta la tenga también.

-Con Cabaré de caricia y puntapié llegó el Max, ¿hablar de premios da mal fario?

-J. U.: De eso no se habla, aparte de que no es el objetivo. El objetivo es que venga la gente al Principal a las 11 funciones ininterrumpidas en las que vamos a tener un piano en directo, Néstor Ballesteros. Es un espectáculo completo con una llamada a los poetas que tienen todos los seres humanos dentro y vamos a llamar a ese poeta para que venga a ver la función. El que se siente en el Principal va a tener que dejar que ese poeta aparezca porque le va a pedir paso. Y esa es nuestra prioridad, poder llenar todos los días en nuestro teatro.

-C. B.: Y la gente se va a reír mucho.