DIRECTOR: Steven Spielberg

INTERPRETES: Tom Hanks, Catherine Zeta-Jones

PAIS: EEUU AÑO: 2004

CINES: Augusta, Elíseos, Warner

Hay en EEUU quien sostiene la teoría de que Steven Spielberg rueda demasiado rápido y el acabado de sus películas se resiente de esa voracidad que le lleva a dirigir, de media, un filme al año. No es una idea muy descabellada, sobre todo viendo sus últimas producciones. Incluso dos obras de peso, sus incursiones en la ciencia-ficción con A.I. y Minority report , tenían demasiados momentos sin pulir.

Para reponerse de producciones de estas características, Spielberg rueda películas mucho más distendidas, divertimentos costosos, en lo económico, pero divertimentos al fin y al cabo. El anterior, Atrápame si puedes , se beneficiaba de un extraordinario personaje, un auténtico camaleón. La terminal es también un divertimento, y aún más costoso: mandó construir en el estudio toda una terminal aérea. Su protagonista también es inusual: el personaje encarnado por un blando, blandísimo Tom Hanks, está inspirado en Merhan Karimi Nasseri, un iraní que está instalado desde hace 16 años en el aeropuerto Charles de Gaulle.

Pero La terminal no funciona en ningún sentido. La historia real de Nasseri se convierte en manos del tándem Spielberg-Hanks en una comedia voluble con quebradas aspiraciones de emular a Frank Capra. El protagonista está varado en el aeropuerto John Fitzgerald Kennedy de Nueva York porque en su país (imaginario, pero próximo a Rusia) se ha declarado la revolución y el gobierno estadounidense no reconoce el nuevo estado. Ante tan compleja situación, Spielberg opta por el ridículo fácil y el gusto almibarado, mientras que Hanks emula, sin que venga a cuento, a su famoso personaje Forrest Gump . En lo ideológico y tragicómico el filme es discutible. Pero además carece de buenos recursos visuales y sólo alguna secuencia aislada, como la de la cena de Hanks y la azafata (Catherine Zeta-Jones) en el mirador del aeropuerto, concilia bien comedia, drama y romanticismo.