DIRECTORES Joel y Ethan Coen

INTERPRETES Tom Hanks, Irma P. Hall

PAIS EEUU

AÑO 2004

CINES Augusta, Goya, Renoir y Warner

La última película de los hermanos Coen carece de sorpresas, entre otras cosas porque es esencialmente fiel, con pocas variaciones, a la cinta que versiona. Se trata de El quinteto de la muerte , una de las mejores comedias británicas de todos los tiempos. Primer hándicap para Joel y Ethan.

Superar lo logrado por Alexander Mackendrick en aquel filme de 1955, centrado en la relación entre cinco ladrones que se hacen pasar por quinteto musical y la anciana que les alberga en su casa, era realmente difícil. Característica comedia de la productora británica Ealing, es también una fina observación de comportamientos y una crítica velada a la sociedad inglesa de su tiempo.

Conscientes de todo ello, los autores de Sangre fácil no han intentado distanciarse del original en demasía. Su película es respetuosa con el material reciclado u homenajeado, tanto da el calificativo que se utilice. Sólo llevan los personajes a su terreno geográfico, convirtiendo al falso grupo-quinteto musical tan british en un grupo de atracadores de diversas razas --hay caucásicos, negros e indochinos-- y cambiando la periferia del Londres grisáceo que tan bien captó Mackendrick por un perezoso y monótono pueblo del Misisipí.

Las variaciones terminan aquí. Hay algunos retoques pero son insustanciales. Todo huele a homenaje, desde la planificación de las diversas muertes de los miembros del grupo hasta la interpretación de Tom Hanks como cabecilla de los atracadores: se ha inspirado netamente en el trabajo de Alec Guinness en El quinteto de la muerte .

También es notoria la escasa mala uva que desprende Ladykillers en relación a otros títulos de los Coen. Estamos pues en un terreno muchísimo más amable, más pactante si se quiere. Quizá un remanso de paz para recargar pilas y volver a tener la causticidad y originalidad revelada en Barton Fink, Fargo y El gran Lebowski . Quizá.