-La película se basa en la misma historia que El seductor (1971). ¿Por qué cree que es necesario contarla de nuevo?

-Respeto completamente la película de 1971, pero en la historia original las mujeres eran retratadas como personajes fuertes y profundos, y la película de Don Siegel las convirtió en algo parecido a unas perturbadas. En cambio, nosotras hemos querido recrear la experiencia de aquellas mujeres que vivían en el sur de Estados Unidos en el siglo XIX. Tras haber sido educadas para servir a los hombres, de repente vieron cómo ellos se iban a la guerra y ellas tuvieron que sobrevivir por su cuenta.

-¿En qué medida habla La seducción del presente pese a estar ambientada en el pasado?

-La situación de la mujer en la sociedad no acaba de ser igualitaria, y lo peor es que vivimos en un mundo cada vez más reaccionario. Hacen falta más películas como La seducción, en las que las mujeres se hartan y deciden tomar medidas. Las mujeres debemos decir basta más a menudo.

-Esta es la segunda película que rueda a las órdenes de Sofia Coppola. ¿Qué papel ha jugado ella en su carrera?

-Durante el rodaje de Somewhere, Sofia se convirtió en alguien muy cercano a mí, algo parecido a una hermana mayor. Y, hasta la fecha, esa película quizá sea la más importante de mi carrera. Rodarla me hizo sentir del todo libre. Entendí que las películas podían hacerse de forma independiente, basadas únicamente en la creatividad y sin criterios industriales a los que atender. La seducción también es muy especial para mí, por otros motivos.

-¿Cuáles?

-Sobre todo porque es mi primer papel como adulta. Cuando la hice acababa de cumplir 18 años, y por primera vez no tuve que estar acompañada por mi madre durante el rodaje. Y es también la primera película en la que no interpreto a una jovencita inocente; mi personaje tiene un lado perverso maravilloso. Además, mi relación con Sofia ha evolucionado: ahora somos dos buenísimas amigas.

-Durante años vivió a la sombra profesional de su hermana Dakota, pero ya no. ¿Cómo lo ha vivido?

-A Dakota se lo debo todo. Si ella no hubiera empezado a hacer películas antes que yo, ahora mismo yo no sería actriz. La gente parece querer provocarnos para que sintamos celos o compitamos entre nosotras, pero eso no va a suceder. No hay nadie en este mundo a quien yo quiera ver triunfar más que a Dakota.

-Lleva en el cine casi desde que nació. ¿Cómo explicaría las dificultades de crecer delante de las cámaras?

-Desde el principio me preocupé por protegerme de los aspectos más dañinos de la fama. Quizá lo que más me ha costado es asumir que mucha gente me toma como modelo estético o de conducta. Es por eso que hasta hace muy poco ni siquiera estaba en las redes sociales. Es muy importante tener cuidado con los valores que promueves a través de ellas. Me preocupa, por ejemplo, el ideal de belleza y perfección que Instagram estimula, porque no se corresponde en absoluto con la realidad.