Lara Siscar será un rostro conocido para muchos, ya que trabaja en los servicios informativos de Televisión Española desde el año 2007. Durante este periodo, ha compatibilizado su tarea en las redacciones con la escritura, una pasión que se ha materializado en una novela y un blog, El pecado de Eva, en el que reseña libros escritos por mujeres. Ahora acaba de publicar Flores negras, su segundo libro, un relato cuya protagonista es una escritora que decide huir al pueblo después de un linchamiento contra ella en las redes sociales. La misma Siscar ha sufrido el acoso en la vida real de un personaje que le amenazó en el mundo virtual.

<b>-Esta es su segunda novela. A una periodista como usted, ¿le permite la convulsa actualidad política tener tiempo para la literatura?</b>

-Me deja poco, muy poco. Todos los cambios que estamos presenciando me generan mucho interés, pero cuanto más sé de política, peor me caen los políticos. Eso sí, todos los rumores que se generan alrededor de este mundillo son un buen tema para una novela.

<b>-¿Qué le aporta la escritura?

</b>-Tranquilidad. Me gusta poder inventar y ser dueña de mis palabras, no simplemente transmitirlas como hago en el periodismo. Cuando escribo suelto mensajes que yo creo que tengo que dar y para ello tengo todas las páginas en blanco que quiera. Es fantástico.

<b>-Pues los mensajes que lanza en Flores negras no son muy halagüeños.

</b>-Este libro retrata miserias que son muy comunes entre los seres humanos pero que puestas en negro sobre blanco adquieren importancia. Por un lado, he querido hablar de la violencia explícita del hombre contra la mujer y, por otro, de la tiranía de las redes sociales, que tienen su parte positiva, pero que en parte son un pozo negro en el que si caes estás perdido.

<b>-Lo rural también adquiere mucha importancia en este relato.

</b>-Sí, porque me interesaba contar cómo se magnifican o se silencian los abusos a los débiles cuando estos ocurren en un entorno cerrado, en un contexto muy rural donde todo está muy próximo.

<b>-Tengo entendido que su historia surgió en su cabeza a partir de un suceso que ocurrió de verdad.

</b>-Leyendo una crónica judicial encontré la historia de una niña de 14 años que se escapó de Madrid y se fue con un chico a Badajoz de forma voluntaria, pero a las dos semanas la chica quiso volver y él no se lo permitió. La dejó encerrada durante tres meses y la estuvo prostituyendo en un pueblo pequeño en el que me pregunto cómo pudo ocurrir sin que nadie se enterara.

<b>-¿Cómo influye esa historia en su libro?

</b>-Lo que hago en la novela es explotar esa atmósfera rural e ir transitando por la historia de Berta Martos, mi protagonista, una mujer normal con la fortaleza y la resistencia de las mujeres normales y que tiene mucho sentido del humor. Berta presenta un programa de radio y tiene que enfrentarse a un linchamiento por redes sociales porque se le muere un oyente en directo y ahí es cuando se traslada al pueblo, donde se encontrará con sus fantasmas pasados y futuros.

<b>-Ese linchamiento por redes que relata dista mucho de ser mera ficción.

</b>-Las redes sociales son como una cacería de brujas. Si eres señalado, es muy difícil que te escapes. Por muchos argumentos que presentes en tu defensa, cuando alguien te acusa en una red social estás perdido, porque tus argumentos no llegan tan lejos como los ataques contra ti.

<b>-¿Cuál es la parte buena?

</b>-Hay movimientos sociales que han crecido mucho gracias a las redes. Pasa como con Nerón, te pueden señalar hacia arriba o hacia abajo, depende de la fortuna.

<b>-El feminismo es uno de esos movimientos en alza gracias a las redes y uno de los símbolos de sus historias.

</b>-Sí, eso forma parte de mi ser. He querido reflejar el mundo real, y en este mundo estamos viviendo un renacer del feminismo que es imparable hoy en día. Por fin nos vamos a situar nosotras al mismo nivel que vosotros, y con vuestra colaboración. Afortunadamente, los hombres de ahora no sois los hombres de antes, y nos es mucho más fácil hacernos entender.

<b>-Como mujer periodista y escritora, ¿se has sentido discriminada alguna vez?

</b>-Sí. Yo he estado en reuniones de contenidos en las que he tomado la palabra y no he podido terminar un argumento porque un hombre me ha interrumpido, y cuando eso pasa todo el mundo se gira para escuchar la voz masculina. Como mujer he sentido que sí se ha aprovechado mi imagen, pero en cuanto al contenido me cuesta mucho más que se me escuche. Creo que es algo que los hombres hacen de forma inconsciente, incluso nosotras mismas a veces no nos sabemos imponer porque no nos acabamos de creer que realmente nuestro argumento es tan válido como el tuyo aunque tu voz suene más grave. Es algo que llevamos dentro y que poco a poco nos vamos quitando de encima. A mí me han pasado por delante tíos que no son mejores que yo pero que, cuando han tenido que decidir sobre puestos con responsabilidad, se ha optado por ellos. Y no eran mejores que yo.

<b>-¿Está trabajando ya en su próxima novela?

</b>-Hay algo me ronda la cabeza, porque siempre la tengo llena de cosas, pero cosas muy difusas.

<b>-¿Será diferente?</b>

-Eso espero. Tengo muchas ganas de hacer algo distinto. Esta novela no tiene nada que ver con mi primera novela. Me gusta divertirme escribiendo y de momento me estoy probando. Estoy buscando mi voz propia, es pronto para considerarme una autora ya hecha. Quiero seguir jugando.