Lenny Kravitz asegura que es la primera vez que se siente a gusto consigo mismo. Dice que siempre ha sido duro y exigente pero que ahora se siente satisfecho y en calma. Tal vez por eso, las palabras que no se le caen de la boca son "renacimiento, espiritualidad, alma y Dios". El rockero visitó Madrid para conceder entrevistas de promoción de su disco número siete, Baptism . Esa calma recién estrenada provocó que los periodistas tuvieran que esperarle dos horas. La última vez se retrasó cuatro.

"Vivo mi vida para mi música y para Dios", espetó a la primera de cambio. Después vinieron un "soy muy espiritual" y un "sobran letras materialistas en la nueva música negra". El vehículo para mostrar al mundo su profundidad es Baptism , donde el artista también muestra su versatilidad. Suyas son las letras, la producción y los arreglos y también se ha convertido en hombre orquesta ya que en este álbum toca todos los instrumentos menos la sección de cuerda y los saxos.

Le ofende la reflexión de que Baptism suena a su primer álbum, Let love rule . "No es el mismo sonido ni un retorno. Quizá sí comparte el mismo espíritu, el carácter", concede. Lo que sí tiene claro es que acaba de completar un círculo y que empieza otra etapa.

Ha cambiado de imagen --ahora se ha alisado el pelo-- pero sigue siendo partidario del "antes muerto que sencillo". Por ello, viste un indescriptible chaleco mil rayas cruzado por una banda de flecos de los que cuelgan kilos de turquesas. Sus sesiones de pesas le permiten cargar con varios brazaletes de piel de serpiente y grandes medallones.

FIN DE ETAPA

Antes de Baptism , Kravitz estaba componiendo un disco de funk pero un viaje desde Miami-- donde vive-- a Nueva York --donde vivía antes--, lo trastocó todo: "Surgió la inspiración y necesitaba sacarlo ahora, más adelante retomaré el otro". Este nuevo bautizo, lo entiende como "un nuevo comenzar" pero, como le cuesta explicarse, acaba por reconocer que es un sentimiento abstracto.

Lionel Ritchie ha colaborado con él en Destiny y Jay-Z ha proporcionado el giro rapero que necesitaba para Storm . Todo lo demás, lo ha hecho solo. En I don´t want to be a star , reniega de una vida de éxito y sólo reclama un Chevrolet y una vieja guitarra para ser feliz: "Escribí esa canción cuando echaba de menos el anonimato. Yo acepto la fama pero complica mucho las cosas y la verdad es que me gustaría llevar una vida más sencilla".

FILME CON WOODY ALLEN

Este artista global tiene también una empresa de decoración de interiores y acaba de terminar el guión de su primer largometraje, Barbecues and Bar Mitzvahs , que también dirigirá. Hijo de un productor de televisión ruso de origen judío y de una actriz negra nacida en Las Bahamas, Kravitz pretende contar en su película la influencia de estas dos culturas en el crecimiento de un joven. "Está inspirada en mi vida pero no es totalmente autobiográfica".

Empieza a rodar la próxima primavera y como reconoce que necesitará ayuda se ha buscado un adjunto de lujo, Woody Allen, para que le enseñe los trucos. Como referentes cinematográficos, cita, además de a Allen, a Kubrick y Scorsese. "Todavía no está decidido el reparto pero serán actores de primera fila". Fue el momento perfecto para preguntar por el tema prohibido. ¿Habrá un papel para Nicole Kidman? Respuesta: No.