El Premio Eisner a la Mejor librería especializada del mundo reconocía la pasada madrugada, en la gala de los prestigiosos galardones de la Comic Con de San Diego, la labor de Norma Comics, un emblemático barcelonés fundado por Rafa Martínez hace 35 años, en 1983. No fue la única alegría para él y su equipo, pues Norma Editorial, el sello que creó en 1977, también logró un Eisner al Mejor diseño por la coedición especial del 35º aniversario de Akira, diseñado por Phil Balsman y Akira Saito.

La gran triunfadora fue la estadounidense Emil Ferris, con Lo que más me gusta son los monstruos (Reservoir Books), Mejor álbum, artista y colorista. La otra gran ganadora fue Monstress, de Marjorie Liu y Sana Takeda (en España en Norma). Nominados estaban nada menos que ocho autores españoles y tres cómics producidos originalmente aquí -Beowulf, Las Meninas y El fantasma de Gaudí-.

David Rubín, orgulloso

No pudo ser, pero como decía a este diario David Rubín, dibujante de Beowulf, «sí se puede». Él optaba a cuatro categorías y, en Twitter, celebró ayer el espaldarazo que de por sí ya suponen para el cómic español estas nominaciones: «Sí se puede. Esto demuestra que el cómic español tiene calidad y variedad de oferta suficiente para abrirse paso y funcionar en cualquier mercado del mundo (...). Hemos hecho historia consiguiendo por primera vez varias nominaciones en los premios del medio más prestigiosos del mundo con obras de producción propia española, algo impensable hasta hace nada. Hemos puesto ahí el pie del mejor modo posible, consiguiendo visibilidad para nuestro cómic en el mercado más complicado y saturado del mundo».

El Eisner a Mejor librería para Norma Comics, que es la segunda vez que recae en una española -en el 2012 lo logró la madrileña Akira Comics-, supone para su fundador, Rafa Martínez, además del «espaldarazo moral y la publicidad», el reconocimiento a una forma de entender la profesión. «Las librerías de cómic que había hace 35 años no me gustaban, eran lugares muy de frikis en los que si no lo eras te sentías fuera de lugar. Tenían los cómics desordenados y mal expuestos y yo quería otra cosa. Dignificar el espacio, que fuera bonito y limpio visualmente, y hacerlo agradable a cualquier tipo de lector». Y en eso siguen, con el espíritu inicial y anexionando continuamente espacio a la librería (hoy cuenta con 1.000 metros cuadrados en dos plantas), con más eventos y presentaciones, y «motivando a la gente a venir».

Añade Óscar Valiente, director editorial de Norma Editorial y Norma Comics, que el Eisner es «un premio a la labor que demuestra que vas en la dirección correcta». Era la primera vez que se presentaban y fueron escogidos por el jurado de la Comic Con entre 20 nominados y luego entre los 5 finalistas. «El Eisner no premia a la librería más grande o más importante sino a la que está mejor conectada con la comunidad local artística y cultural, a la que persigue la innovación, la excelencia, en la que se cuida la colaboración con los divulgadores y autores. Si no haces todo eso no eres digno del premio».

Valiente recuerda que compiten con Amazon y la venta on line, donde ya se han puesto las pilas. Sin embargo, «la venta física en librería nos sorprende porque no deja de crecer».