El soldadito de plomo, la sirenita o el patito feo son algunos de los protagonistas de las historias que recorrían las líneas de los cuentos que escribía Hans Christian Andersen. Estas historias han inspirado a muchos niños a lo largo de la historia -Andersen nació hace más de dos siglos- para leer e imaginar mundos de fantasía. Ayer, con motivo del aniversario del nacimiento del escritor danés, decenas de niños zaragozanos se reunieron junto a sus familias en la plaza San Felipe de Zaragoza para concienciar sobre la importancia de la lectura y la escritura entre los más pequeños de la sociedad.

El Día Internacional del Libro Infantil se celebra cada año el 2 de abril y el Observatorio de Literatura Infantil y Juvenil de Zaragoza (OLIJ) quiso ayer celebrarlo con lectura en la calle. Eran las 17.30 horas cuando las primeras mantas empezaban a instalarse bajo la mirada del torreón Fortea. Varias familias se sentaron en el suelo y comenzaron a leer sus historias favoritas: eran los primeros asistentes al pícnic literario. Justo al lado, más de una treintena de niños imaginaban y dibujaban como sería caperucita roja dibujada por ellos mismos. Estaban asistiendo a un taller impartido por el dibujante de comics Daniel Foronda. La guitarra del músico aragonés Jesús Viñas y el teclear en una máquina de escribir de la poeta Bea Royuela ponían la banda sonora a la grisácea tarde zaragozana.

Entre los asistentes, los consejos se repetían, y es que según contaron los padres de los pequeños lectores, lo más efectivo para inculcarles la afición a la lectura es acostumbrarles desde pequeños. «Desde que nacieron les he contado cuentos y ahora son ellos los que elijen los que quieren leer. Es mejor que ellos elijan los que les gustan que obligarles, porque si no le cogen manía», decía una madre; «si tus hijos te ven leer en casa, ellos también lo harán», añadía otra.

Jorge Gonzalvo, presidente de OLIJ, advirtió también de lo que para él es un defecto en la educación: «hay un vacío en el sistema educativo actual y es que ponemos todos los huevos en la cesta de la lectura, y fomentar la escritura es algo muy valioso. Nosotros hemos comprobado que estimulando la escritura estimulamos la lectura y formamos mejores lectores. Cuantos más talleres relacionados con la escritura creativa realizamos, más lectores consolidamos», comentó. El Observatorio, además de ser promotor de actividades de estímulo de la lectura, se encarga de analizar el panorama actual y la repercusión de la literatura entre los jóvenes. Otra de las deficiencias es que existen muchos niños que, a pesar de estar habituados a leer, cuando llegan a la adolescencia dejan de hacerlo. Por este motivo, Fernando Rivarés, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, cree que se tendría que haber hecho un esfuerzo mayor: «no ha habido políticas específicas de fomento de la lectura para adolescentes».

DURANTE ABRIL

El pícnic de ayer es solo una de las actividades programadas en abril para celebrar este día. Esta jornada se celebra a nivel mundial y cada año un país es el encargado de redactar el manifiesto. En esta ocasión, desde Letonia llegaba la siguiente reflexión de la escritora Inese Zandere: «un libro infantil representa el respeto por la grandeza de lo más pequeño».