Una de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes, "El licenciado Vidriera", se representará en Zaragoza con tan sólo dos actores en escena, como un auténtico ñaque cómico de la Edad de Oro que critica con ironía la España del momento cuyos ecos llegan hasta nuestros días.

Una historia "contemporánea", a pesar del paso del tiempo, que la compañía aragonesa El Teatro del Temple llevará las tablas este fin de semana y en la que las reflexiones profundas conviven con las situaciones más jocosas.

Recupera así uno de los clásicos que componen su repertorio, de la mano de dos actores -José Luis Esteban y Javier Aranda- que a través de un "toma y daca actoral" ponen en escena esta breve novela cervantina, ha explicado a EFE responsable de dramaturgia de la obra, Alfonso Plou.

Estos dos actores retratarán sobre el escenario la sociedad del momento en la que no faltan boticarios farsantes, falsos clérigos o nobles poco honestos.

Todo ello con una visión crítica e irónica y siempre con la riqueza lingüística del autor del texto como telón de fondo.

El protagonista de esta historia es Tomás Rodaja, el licenciado vidriera, que tras un periplo por Italia, pierde la cabeza y llega a pensar que es de vidrio hasta el punto de que se obsesiona con la idea de romperse en mil pedazos.

A través de este personaje tan "friqui", la obra reflexiona sobre las apariencias y sobre las identidades "excesivas" y "desbordadas" que algunos asumen también en la sociedad actual para ganar notoriedad y presencia social, ha indicado Plou.

"Como dice el protagonista, en un momento dado, uno es más cómo quiere que le vean los demás que como uno realmente es", ha manifestado.

Por su parte, Javier Aranda, además de interpretar a otros personajes que se entrecruzan en la vida del licenciado, encarna también al alter ego de Miguel Cervantes que actúa como conductor de esta versión dirigida por Carlos Martín.

En definitiva, la obra es un "guiño", un "juego" que vuelve al planteamiento de los cómicos de la legua y de los ñaques clásicos en los que tan sólo dos actores recorren los pueblos para contar diferentes historias, ha señalado Plou.

Con la garantía de ser un clásico que siempre gusta, la compañía espera que también en esta ocasión el público responda y acuda a ver una obra llena de humor y repleta de situaciones grotescas y tiernas.

Se representará en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza desde el 21 hasta el 23 de marzo y la compañía no descartan llevarla a los escenarios de otras ciudades españolas.