El 24 de junio volverán, después de más de dos décadas fuera, los restos de Ramiro I, Sancho Ramírez y Pedro I al monasterio viejo de San Juan de la Peña. Un hecho relacionado con la ruta de los panteones reales en la que está trabajando el Gobierno de Aragón y que incluirá también una gran exposición que se inaugurará en diciembre. Así lo explicó ayer el director general de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, Nacho Escuín, que compareció en la Comisión de Cultura del Gobierno de Aragón a petición del PP.
Escuín señaló, ante la crítica de que «es algo improvisado», que desde su departamento se ha dedicado más de medio millón de euros para la citada ruta. Asimismo, desglosó que, aproximadamente, 440.000 euros están destinados a las obras de la sala capitular de Sijena y puesta en marcha de su refrigeración, que la inversiones en San Juan de Peña han sido de 90.000 euros y de 100.000 euros en San Pedro el Viejo, que se costearán entre el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Huesca.
«NADA DE IMPROVISACIÓN»
Estas fueron las cuantías que expuso el responsable cultural del ejecutivo en la comisión ante la petición de comparecencia del PP sobre la futura creación de una ruta de panteones reales. Además, insistió en que «no se ha improvisado», sino que «se lleva trabajando mucho tiempo» y, por otro lado, reveló que, aparte de generar la ruta real, se va a realizar «una gran exposición» que se inaugurará en diciembre de este mismo año.
Sobre las actuaciones que se van a acometer, Escuín comentó que en San Juan de la Peña se van a devolver los restos óseos de Ramiro I, Sancho Ramírez y Pedro I y que se ha estado trabajando en un banco de muestras con sus restos óseos, además de, tal y como señaló, los trabajos para adecuar espacio museístico en el monasterio o el acondicionamiento de la iluminación.
En cuanto a San Pedro el Viejo de Huesca explicó que se «va a acometer la actuación urbanística con el ayuntamiento para liberar los ábsides y renovar la señalética», entre otras acciones. En este mismo sentido, sobre Sijena, recordó que ya se ha presentado el Plan Director, lo que, según su exposición, «implica un compromiso con el espacio» y que el trabajo con el archivo «permite cotejar el fondo documental».
Por otro lado, también señaló que otros enclaves como Montearagón, Santa Cruz de la Serós o San Victorián van a formar parte del proyecto de forma que «no se deja a nadie fuera» en alusión también a recientes críticas recibidas por no incluir a Montearagón en el proyecto.
En este mismo sentido, y para defender este iniciativa, el director general aseguró que su objetivo «es fomentar el conocimiento patrimonial y la historia milenaria de Aragón» y que este programa de actuaciones «pretende reconocer lo hecho y dar impulso», para, entre otros objetivos «atraer al turismo y fomentar la economía». Escuín también señaló que las actuaciones sobre el patrimonio «favorecen su preservación, favorecen el nivel de conocimiento con nuevos estudios científicos e impulsan el desarrollo económico», uno de los «principales objetivos» de esta ruta que se presentó en Fitur y que fue anunciada por el propio presidente de Aragón, Javier Lambán.
Sobre las críticas vertidas en la comisión, Escuín aseguró que «las subvenciones no se otorgan al sector de mi cuerda, puesto que se trata de un presupuesto mayor el que se otorga desde el Gobierno de Aragón».
CORONA DE ARAGÓN
Escuín también quiso marcar diferencias con las diferentes apuestas del gobierno anterior (conformado por el PP y PAR con Dolores Serrat como responsable de la consejería) y calificó el programa de la Corona de Aragón (una de las grandes apuestas del ejecutivo anterior aunque solo acabó por celebrar una exposición) como «desproporcionado» y recordó que su presupuesto fue de cerca de un millón seiscientos mil euros por lo que se preguntó a sí mismo si «se puede sacar mucho pecho de esto», aunque, señaló el director general de Cultura, «es cierto que había cosas interesantes».
La ruta de los panteones reales es uno de los grandes proyectos culturales y turístico para esta legislatura a la que le queda un año de vida.
